15 agosto 2015

Algunos datos sobre Crimea

Artículo del gran escritor ruso Serguei Shargunov sobre Crimea.
 Existe el mito de que la mayoría rusa apareció en Crimea solo después de la deportación estaliniana de los tártaros de Crimea.
Según la estadística al alcance de cualquiera, en 1917, cuando en Crimea había 749800 habitantes, la mayoría de la población era rusa, el 41,2%. Los tártaros eran el 28,7%, ucranianos el 8,6%, judíos el 6,4%, alemanes el 4,9%, griegos el 2,9%…
A menudo se puede oír a los llamados intelectuales, defensores de los derechos humanos, politólogos: “¿Y por qué en Crima callaron hasta la llegada de los paracaidistas?” Ya he dejado de sorprenderme de sta pregunta y de los que la hacen.
Para ellos, y por su puesto para la nomenklatura occidental los rusos de Crimea no son siquiera gente de segunda clase, sino un cero a la izquierda.
Un poco de formación para los incultos… ¿Acaso alguno de esos que cantan a la libertad que nos dio la perestroika recuerda que el primer referéndum en el territorio de la URSS se realizó concretamente en Crimea el 20 de enero de 1991?
Se trataba de una votación para modificar el estatus de la región de Crimea a República de Crimea “como sujeto político de la URSS y participante en el tratado de la Unión”. En el referendum participaron 1,441 millones de personas (el 81,3% de los habitantes de Crimea). Respondieron positivamente 1,3343,855 personas (el 93,26%). Pero no se creó el sujeto político de Crimea.
El 5 de mayo de 1992 en sesión del parlamento de Crimea se aprobó el acta de autodeterminación estatal de la República de Crimea, que entraría en vigor tras su confirmación en referéndum a realizar el 2 de agosto.
La interferencia de Kiev no dejó votar a los crimeanos. Sin embargo el 30 de enero de 1994 eligieron como presidente a Yuri Meshkov. Ya en octubre del 91 se declaró en huelga de hambre en una plaza en Simferopol, exigiendo un referendum sobre el estatuto político de la península. El político prorruso se hizo popular muy pronto.
La mayoría de los electores votaron or el partido que el dirigía con el descriptivo nombre de “Rusia”. En las elecciones presidenciales Meshkov obtuvo el 72,9 de los votos, 1,040888 votos. Inmediatamente tras su elección declaró: “Los crimeanos han hecho su elección al votar por la unión con Rusia”. Declaró la entrada de Crimea en la zona del rublo. Por el Decreto Nº1 se establecía en Crimea el huso horario de Moscú.
Se podría escribir una novela sobre la batalla de la “hora de Moscú”...
En la primavera de 1996 Ucrania obligó a Crimea a pasarse a la hora de Kiev. EN octubre del 97 el parlamento de Crimea aprobó la ley sobre la modificación horaria y volvió a la hora de Moscú. Kiev anuló esa decisión.
La lucha por el tiempo y el espacio… Por la unidad del espacio y el tiempo… Por el cronotopo ruso.
Crimea volvió a la hora de Moscú solo en marzo de 2014, a a vez que Donetsk y Lugansk. Cuánta sangre se ha vertido por esta modificación del espacio y el tiempo...
¿Seguimos con la ilustración cultural? El 17 de marzo de 1995 por decisión del parlamento y el presidente de Ucrania se anuló la constitución de Crimea y se suprimió el puesto de presidente. El referendum para el 25 de junio sobre la constitución de Crimea para la independencia fue otra vez anulado.
El 17 de marzo de 1995, exáctamente 19 años antes de la vuelta de Crimea a Rusia, curiosidades de la historia, se produjo en la península un golpe de estado. Se envió a los cuerpos especiales del ejército, que ocuparon todos los pisos del Consejo supremo, en donde estaba la residencia del presidente.
Esto sí fue una auténtica anexión. Finalmente el gobierno ucraniano prohibió a Meshkov la entrada en Crimea.
El 22 de febrero de 2006, el consejo supremo de Crimea eligió el 26 de marzo como fecha para el referéndum sobre el estatus de la lengua rusa. El comité electoral central ucraniano prohibió a las comisiones electorales locales realizar una votación sobre ese tema.
El 16 de diciembre de 2006 el extraoficial “Congreso Popular de Crimea” realizó un plebiscito sobre el intento del gobierno ucraniano de incorporación a la NATO. A pesar de que no se pusieron mesas de votación, la gente salió a votar en las calles. El 98,7% de casi 900.000 personas votaron contra la intención de Kiev.
Para algunos la visión del mundo está fijada bajo tres capas de barniz y en ella no hay sitio para los rusos.
Si los rusos no están de acuerdo con el Maidan y van a Kiev, entonces son unos “titushki” vendidos, se les puede disparar, golpear con barras y poner de rodillas (como sucedió con los crimeanos cerca de la ciudad de Belaya Tserkov).
Si los rusos se levantaron en Sebastopol, se trata de un cuento de la propaganda moscovita y un tumulto de un grupo de marginales. Y para todos los demás, la “revolución de la dignidad”. No, estos rusos no son capaces de nada: leña, valenkis, vatnikis...
Y de repente sucedió que les salieron las cosas.. Pudieron ser no peores que otros. Aprendieron a autoorganizarse. Fueron conscientes de sus intereses.
Y entonces el rencor se reforzó, y las acusaciones crecieron. Si los rusos practicaron el activismo, entonces eran bandidos y terroristas.
El eslogan “Crimea es nuestra” es sobre todo un eslogan de los propios crimeanos, que tienen el derecho a definir el destino de su república.
...La antigua guía del museo Chejov, a sus noventa años, que incluso conoció a Maria Pavlovna Chejova, se resbaló por la mañana y se rompió un brazo. La levantaron. ¿AL hospital? No, primero pidió ir a votar.
La llevaron al colegio electoral. Allí con precisión dibujó con la mano iziquierda una marca similar a una gaviota. Después, a la espera de la ambulancia y rodeada de jóvenes activistas de “Antimaidan de Yalta”, que eran chicos del mismo barrio, dijo con una voz fina: “Me gustaría conocer también a Olga Leonardovna… Sí, sí, la viuda de Anton Pavlovich...”. La llevaron al hospital. Ahora está sana y salva.
Una escena de género para un pintor ambulante del realismo socialista. O un tema para el Hollywood rojo. O blanco, azul y rojo. Pero la transmisión en directo de la visa es muy superior a cualquier cine.
Donbass esperaba un escenario crimeano. Allí también hicieron un referendum, hicieron colas, fueron como de fiesta, con vestidos y ropas nuevas. Recuerdo la plaza de Donetsk llena de banderas tricolores, con clamores imposibles de silenciar “¡Ro-si-ya!”. Un gran dolor...
… Recuerdo el verano de 2014, en lo más fuerte de la guerra de Donbas. Tras volver de allí me encontraba entre la gente que rezaba a las puertas de la catedral de Livadia, donde en 1894 en San Juan de Krondstadt se celebró la misa por Alejandro III. Una bruma ligera se movía en un día soleado junto a los sonidos de los cantos litúrgicos.
Miré los rostros de los que me rodeaban y me pareció que volvía al siglo XIX: unos se persignaban, otros permanecían inmóviles, otros hablaban en voz baja de las últimas noticias del frente,las retiradas… Niños, viejas, pañuelos blancos, luto, barbas, gente que venía a pasar el primer verano de la Crimea rusa (destacaba un poeta moscovita, un globo pelirrojo), refugiados, supervivientes de la guerra...
Un chico con el pelo corto estaba sentado en un banco bajo un platanero, a su derecha una muleta metálica,a la izquierda una gorra con la estrella roja. Sus ojos claros atormentados me recordaron un instante el año 42, un partisano crimeano.
… Crimea un año después. Un conversador incansable, el taxista Igor. Vamos a toda velocidad por la noche por la carretera de Yalta.
- Lo he estado viendo durante años: los barcos que pasan y sobre ellos esa bandera… azul y amarilla… y pensaba: absurdo… absurdo… Antinatural. La bandera debería ser otra… la de Rusia… ¡y al fin las ideas se materializan! Se han materializado, ¿no es cierto? Si temes a las tormentas atraerás a los rayos. Por ejemplo, una mujer siempre temía a las avispas, entonces le… A los crimeanos les encantan estas conversaciones.
Vamos hacia la iglesia de Foros, situada en una roca elevada con un cielo negro, como una pequeña estrella, o como un cohete que vuela.