Rusia no volverá a
participar en el programa internacional de monitoreo de estudiantes PISA: se ha
adoptado la decisión de rechazar a nivel federal la participación en este
programa. Sobre ello ha informado a Izvestia Natalia Smetannikova, presidente
de la asociación rusa de lectura, bajo cuya égida se realizaron dichos exámenes
en nuestro país.
Desde el año 2000,
escolares rusos de 15 años participaron cada tres años en exámenes especiales
en el marco del programa internacional de valoración de evaluación de los
estudiantes (PISA) de la OCDE.
El objetivo de dicho
estudio es la comprobación del “capital humano” del país, que es uno de los
principales indicadores del desarrollo económico. El informe PISA ayuda a
aclarar el nivel de calidad de la educación en las escuelas y comparar la evolución de los sistemas
educativos de distintos países.
El test se realiza en
tres direcciones: competencia de lectura, ciencias naturales y matemáticas.
Smetannikova ve el
motivo del rechazo al programa en la evidente dinámica negativa de los
resultados de los escolares rusos.
Según sus palabras, en
el años 2000 en el examen dirigido a la lectura y comprensión de textos tomaron
parte 32 países. Entonces Rusia ocupó el lugar 25.
Tres años después nuestro país ocupaba el puesto 32 en el estudio, entre 43
países. Y según los resultados de 2006, de entre casi 60 países Rusia estaba
después del 40, mostrando un nivel por debajo de la media en lectura y en
matemáticas. Según los resultados de 2009 nuestros escolares ocupaban el puesto
41 de 65.
— Inicialmente Rusia no
quería hacer públicos los resultados. Sin embargo, no les permitimos
ocultarlos. Son imprescindibles para que podamos valorarnos y no vivir de
mitos, como en la URSS
cuando nadie podía comprobar si realmente eramos el país más lector, —
dice Smetannikova.
La presidenta de la
asociación rusa de lectura aclaró que el test de los años 2000 y 2003 lo
realizaron organizaciones comerciales, y desde 2006 esa función la realiza el
ministerio de educación de la
Federación de Rusia.
— Sin embargo este año,
con la disculpa de la crisis, ha rechazado participar, — dice.
Los expertos explican
que este tipo de estudios internacionales están dirigidos al estudio del estado
económico del país, y en base a ello elaborar pronósticos de cómo será el
futuro: un desarrollo de la política de innovación o una continuación de la
política de ser un país fuente de materias primas.
Por ejemplo, el docente
de la cátedra de teoría política del MGIMO, Kirill Kotysh, explicó a Izvestia
que estos exámenes están destinados a la valoración del capital humano del
país, uno de los factores de su desarrollo económico.
El experto del Centro
de análisis de problemas, Victor Averkov, constata una tendencia negativa.
— Está en marcha un
proceso de degradación de las instituciones educativas y científicas.
Indudablemente su tempo de desarrollo se ha ralentizado, pero no sabemos si
esta degradación ha superado ya un punto crítico. De momento nadie piensa en
ello y no hay una estrategia para enfrentarse a ello, — dice.
Natalia Smetannikova
considera que las perspectivas de futuro para Rusia son desoladoras.
—Sin duda, a juzgar por
lo que hoy sucede en la educación, nuestro futuro no está en la innovación, y
ni siquiera en las tuberías de gas o petróleo, porque, por desgracia, ni
siquiera hay especialistas que las puedan manejar, no tienen la formación
suficiente, —considera.
El principal problema,
en palabras de Smetannikova, es la fragmentación del programa escolar del país.
— La falta de
ejercicios regulares de literatura y composición priva a los escolares actuales
de la capacidad de una educación de comunicación. Y de lógica. Por ejemplo, en
Harvard todos los trabajos relativos incluso a las cuestiones económicas se
realizan con materiales literarios, — pone como ejemplo.
En el servicio de prensa del Ministerio de educación no pudieron comentar la
participación de Rusia en el programa PISA.
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