El siguiente es un post de Ivan Katchanovski ,
de la Universidad de Otawa. Una versión más detallada de este análisis se
presentará en la reunión anual de la American Political Science Association en
Washington.
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Un avión de Malasya Airlines con cerca de 300
pasajeros a bordo que parece haber sido derribido por separatistas con un
sistema Buk en Donbass ha atraído la atención internacional al violento
conflicto en esta región de Ucrania y ha supuesto una escalada. El segundo
mayor país de Europa se encuentra en guerra civil, las muertes en combates
superan las 1000, una marca que los científicos políticos y los investigadores
suelen usar formalmente para clasificar
un conflicto como guerra civil. Cerca de 1500 personas han muerto desde que el
conflicto en Ucrania se volvió sangriento en enero. El número de muertos en
Donbas es de más de 1300. Además de los 298 pasajeros del Boeing 777 de 11
países, la mayoría holandeses, las víctimas en el conflicto incluyen más de 500
residentes locales, al menos 300 miembros de las fuerzas ucranianas y unos
cientos de separatistas armados. Estas estimaciones están basadas en informes
de representantes ucranianos referidas a víctimas entre las fuerzas de
seguridad y civiles, víctimas aproximadas entre los separatistas y análisis de
noticias y videos de las consecuencias de varios ataques.
Una encuesta realizada para mi proyecto de
investigación por el Instituto
Internacional de Sociología de Kiev (KIIS) en Ucrania, salvo Crimea, del 29
de abril al 11 de mayo muestra que la representación del separatismo en Donbas
por el gobierno ucraniano, gobiernos occidentales y los medios de comunicación
como un pequeño grupo de agentes de la inteligencia militar rusa y
“terroristas” o “rebeldes” locales sin
apoyo popular en la región, y que , por tanto, puede ser fácilmente eliminado
por la fuerza es infundada. La mayoría de los residentes de Donbas apoyaba
diferentes formas de separatismo (54%). Esta encuesta confirma también que la
falta de legitimidad del gobierno central en Donbas fue una razón clave para la
escasísima participación en la elección presidencial el 25 de mayo. Cerca del
70% de los encuestados o no tenían planeado votar o no sabía a qué candidato
apoyar. Solo el 5% de los habitantes de
las regiones de Donetsk y Lugansk tenían intención de votar por Petro
Poroshenko, el ganador de las elecciones con el 555 del voto nacional.
Los resultados de la encuesta muestran también que las
opiniones expresadas por el gobierno ruso y los medios de prensa sobre un apoyo
amplio al separatismo en todo el este y sur de Ucrania son infundados. Crimea y
el Donbas no representan todo el sureste, porque hay muchos más rusos étnicos y
una historia de separatismo. Una minoría de residentes de las 3 regiones del
este vecinas del Donbas (15%) y del sur (10%)
apoyan el separatismo. Los rusos étnicos, que se concentran sobre todo
en el este y en el sur, están divididos sobre la cuestión del separatismo.
Sobre el 44% de los rusos étnicos apoyan diferentes opciones separatistas,
incluida la unión a Rusia (18%), mientras el 40% está a favor de mantener el
actual sistema unitario, la mayoría con
más poder a las regiones. Entre los rusófonos, que incluyen a muchos
ucranianos étnicos, el 24% está a favor de la secesión de Ucrania o una
autonomía en una Ucrania federal.
Preferences concerning status
of their region in regions of Ukraine.(Data: 2014 Katchanovski/KIIS Survey;
Figure: Ivan Katchanovski)
Esta encuesta muestra que las actitudes separatistas
no significan necesariamente una secesión y la formación de un estado
independiente o la unión a otro estado, es decir, a Rusia. En Donbas, el 23% de
los encuestados prefería la autonomía de su región en una Ucrania federal,
comparado con el 8% que apoyaba la independencia o el 23% favorable a
integrarse en Rusia. Muchos separatistas y el gobierno ruso en la época de la
encuesta apoyaban el federalismo y la autonomía dentro de Ucrania, mientras que
el gobierno de Ucrania rechazaba el federalismo y calificaba el separatismo
como un crimen.
En su intento de solucionar el conflicto en Donbas, el
gobierno ucraniano continúa insistiendo en la fuerza militar y en los
batallones especiales de policía formados con partidos y organizaciones de
extrema derecha, tales como el Sector Derecho y la Asamblea Nacional
Socialista. Los separatistas también han rechazado participar en negociaciones
por videoconferencia anunciadas por Alemania el 15 de julio. Sus formaciones
armadas, basadas principalmente en las ciudades de Donetsk y Lugansk y localidades
vecinas, incluyen varios miles de combatientes. La mayoría de los líderes
separatistas y gente armada son de Donbas y, en menor número, de otras regiones
de Ucrania, incluída Crimea. Una parte significativa de los líderes
separatistas y miembros de las
formaciones armadas son nacionalistas rusos y otros voluntarios de Rusia. El
gobierno ruso ha apoyado a los separatistas al permitir la entrada de armas y
voluntarios por su frontera. Además, el gobierno ruso parece estar envuelto en
el reclutamiento y entrenamiento de esos voluntarios, además de proporcionarles
armas. La posibilidad de una intervención militar rusa en Ucrania oriental ha
bajado significativamente desde marzo, pero aún
existe la posibilidad.
Lo que sucede en Ucrania no es solo una Guerra civil
sino también un conflicto internacional entre los países occidentales,
particularmente los Estados Unidos, y Rusia. Los gobiernos occidentales apoyan
la “operación antiterrorista” en Donbas y muestran poco interés por investigar las
matanzas previas en Donbas, Odesa y en el Maidan de Kiev. En contraste, el
gobierno ruso apoyó a las fuerzas separatistas prorrusas en Ucrania con la
anexión de Crimea, apoyando a los separatistas en Donbas y negando la probable
actuación de estos en el derribo del
vuelo 17.
Algunos científicos políticos especializados en
Ucrania avisaron
antes del comienzo del conflicto de
las posibilidades de una guerra civil y la ruptura del país, pero esas conclusiones
de expertos fueron desoídas. Ahora se ha producido una guerra civil u una
ruptura de facto del país. Los intentos de resolver el conflicto de Donbas por
la fuerza llevarán a aumentar las muertes de civiles, de militares ucranianos y
de separatistas armados. Incluso una derrota militar de los separatistas es
improbable que finalice el conflicto pues este refleja significativas divisiones
regionales desde la independencia
de Ucrania en 1991, incluso con una historia de separatismo
en Crimea y Donbas. Y la influencia
militar, política y económica de Rusia
sobre Ucrania continuará.
El establecimiento de un acuerdo negociado con
intermediación internacional, que incluiría investigaciones internacionales del
derribo del avión de Malaysia Airlines y otros asesinatos masivos, podría preservar a Donbas como parte de
Ucrania. Un ejemplo de tal resolución pacífica de un conflicto armado entre
separatistas y el gobierno central es el de Macedonia, en la antigua
Yugoslavia. Un acuerdo negociado también puede parar la escalada de la guerra
civil en Ucrania y el aumento del conflicto entre el oeste y Rusia. Pero es
poco probable que se produzca tal resolución pacífica en Ucrania.
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