Durante las vacaciones de navidad, la mayoría de los ciudadanos de Bielorrusia estaban celebrando los logros de su vida bajo el régimen autoritario de Alexander Lukashenko, intercambiando tarjetas de racionamiento y brindando entre el miedo comunal. Pero entonces apareció el Kremlin y acabó con la fiesta, exigiendo a Bielorrusia que pagara más por su gas… o ya verían.
Los defensores del Kremlin intentarán decirnos que el motivo por el que Rusia exige más dinero a Bielorrusia es que quiere acercarse a los precios de mercado: hasta este año Bielorrusia pagaba 47 dólares por
¿Lo ha cogido?
Nosotros no. De hecho, hemos olvidado totalmente lo que queríamos decir, y cómo hemos llegado al tema del disfraz. ¿Podría alguien llamar a nuestras oficinas y decirnos de qué estamos hablando? Estamos totalmente perdidos. Pero sabemos una cosa: Rusia está amenazando a sus vecinos. Al pedir a Bielorrusia que pague con un descuento del 60% por el gas en vez de con un descuento del 80%, el presidente Putin prueba una vez más que está deseando usar el monopolio del gas en su país con objetivos políticos. Lo que quiere es socavar el frágil régimen autoritario de Alexander Lukasheko.
Al régimen de Putin no le gusta la idea de tener regímenes autoritarios inamistosos en sus fronteras. Eso explicaría por qué el Kremlin también ha intentado amenazar el mes pasado al régimen dinástico-autoritario de Azerbaiyán para que pague el precio de mercado por el gas ruso.
Se debería ayudar, o al menos apoyar al pobre Azerbaiyán, el único régimen post-soviético con una dinastía familiar desde 2003, cuando el presidente vitalicio, Ilham Aliyev fue instalado por su padre enfermo. No ha sido fácil para Aliyev, que ha estado luchando para acabar con la oposición democrática. Si añadimos la el régimen anti-autoritario hostil de Putin se puede entender por qué Aliyev se vio forzado el pasado noviembre a cerrar el canal de televisión opositor ANS TV. De hecho, si no hubiera sido por el valiente apoyo de los Estados Unido, Aliyev tal vez no estuviera aún en el poder.
Está claro qué está sucediendo. Llamemos a las cosas por su nombre.
¿Por qué?: he aquí el motivo. Ahora Rusia va a por Bielorrusia y Azerbaiyán. Quién sabe cuál será la víctima mañana. Rusia podría intentar socavar el propio régimen autoritario de Rusia. Putin puede exigir a su país que pague precios de mercado por el gas, y ver así debilitado su poder, para tomar el control de su país en sus manos. Sí, Putin es realmente malvado.
¡Despierta, mundo!
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