20 marzo 2007

Otra vez RMM

Lo cierto es que no me gusta comentar los artículos de Rafael Mañueco. En mi opinión es un periodista muy malo. Sus artículos periodísticos dejan mucho que desear, a veces me da la impresión de que no sabe ni siquiera el Qué Quién Cuándo Donde. Pero hay veces que no me puedo contener. Hoy por ejemplo dice:

Una explosión de metano en una mina de carbón de la región de Kémerovo (sur de Siberia) causó ayer 78 muertos. Se trata del accidente más grave que sufre el sector hullero ruso en los últimos años. El número de víctimas podría aumentar, ya que hay todavía más de 40 desaparecidos bajo tierra. La información sobre el siniestro se facilita a cuentagotas y a la prensa no se la ha permitido ni siquiera acercarse a la boca del pozo afectado por la deflagración. Se desconoce la cifra exacta de heridos y el estado en el que se encuentran.

Parece que el Kremlin ha decidido limitar el caudal de información «negativa», capaz de perjudicar la imagen exterior de Rusia o soliviantar a una población harta de tantas desgracias. Los pasajeros que lograron salir ilesos del accidente aéreo del pasado sábado en Samara, en el que perecieron seis personas, fueron «aleccionados» por agentes de los servicios secretos rusos para impedir que relatasen a la prensa las peripecias que sufrieron. Las pocas personas entrevistadas por los canales de televisión aseguraron que el aterrizaje fue poco menos que un paseo y eso que el avión quedó boca abajo sobre la pista y su fuselaje se partió en varios trozos.

Ayer también se intentó ocultar la magnitud de la tragedia.

Bien, esto es mentira. Yo he visto la televisión todos los días. El artículo de Mañueco no tiene matices. Como digo, es mentira. ¿Cómo discutirlo? Imposible. Simplemente he visto la televisión y no es así. Y esta es su tónica habitual, pero esta vez ha ido bastante más lejos de lo normal.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Estimado.
Quisiera felicitar por el trabajo que dedica al blog.
Agradecería, pueda contactarse a dfvelazquez@gmail.com a fin de poder hacer llegarle un comentario personal.