24 noviembre 2009

Kazajstán y China (II)

Segunda parte del reportaje de Komsomolskaia Pravda sobre los miedos de Kazajstán hacia la expansión china.

La principal preocupación del Ministerio de Asuntos Exteriores de Kazajstán es el agua o, para ser más precisos, “el problema de los ríos transfronterizos. Hace tiempo que China toma agua de los ríos Irtish e Ili, lo que amenaza con provocar una catástrofe ecológica no solo en Kazajstán sino también en Rusia (el Irtish el es principal afluente del Obi. La región de Omsk lo sufrirá cuando el proceso avance demasiado). Las “guerras del agua” que aparecen en la última película de James Bond “Quantum of Solace”, hace tiempo que son una cruel realidad. Cerrar el grifo del agua, dejar al país morirse de sed es ahora tan fácil como, por ejemplo, cortar el gas. Pero sin gas aún se puede vivir, sin agua no.

En los últimos 50 años los recursos hídricos de Kazajstán se han reducido en 20.000 millones de metros cúbicos, y el proceso se está acelerando. “El río Ili ya no da ni una gota de agua a Kazajstán, - dice el conocido sinólogo y primer embajador de Kazajstán en China, Murat Auezov – se lo han llevado todo los campesinos chinos. A la región de Shinjian China envía a posta muchos han (la etnia mayoritaria) para disolver las minorías étnicas locales. Y los han son tradicionalmente campesinos, utilizan agua en enormes cantidades, y además da miedo cómo utilizan los herbicidas. El agua que nos queda para nosotros viene contaminada. Y en el Chernyi Irtish los chinos han construido una presa enorme: en cualquier momento pueden cortar el paso de agua para Kazajstán o enviar sólo la cantidad que ellos quieran. Esto es un chantaje hídrico. Y es raro que Rusia también calle al respecto.

La región de Shinjian está creciendo muchísimo, tiene grandes necesidades de agua no solo para la agricultura sino también para la industria petrolífera. Los ecólogos previenen: la construcción del canal chino “Chernyi Irtish-Karamai” y el “cambio de sentido” del Irtish llevarán a la desaparición de los lagos Baljash y Zaisan y a la muerte lenta de Kazajstán. “¿Y qué podemos hacer?, -gesticulan con sus manos los funcionarios kazajos-. Los chinos nos han cogido por el cuello y no hay manera de presionarles. China ha rechazado unirse a la Convención Internacional de uso de las corrientes de agua transfronterizas, y el Código de aguas chino permite decidir al país sobre cuestiones hídricas en interés del país. Nuestra gente acude en vano a conferencias bilaterales, pero los chinos retrasan conscientemente todas las conversaciones. ¡Es que tendremos que luchar contra ellos! Nuestros analistas militares han calculado que una guerra entre China y Kazajstán duraría unos 40 minutos. Eso es incluso un motivo de orgullo: para ser sincero nosotros no creemos que durásemos más de 20 minutos.

Los chinos mantienen las conversaciones sobre los ríos de una manera muy astuta, por una parte con Rusia, por otra parte con Kazajstán, - dice el politólogo Dosym Satpaev. – A todas las propuestas de Kazajstán de mantener conversaciones a tres bandas China responde con un rechazo. Nuestra joven diplomacia, sin duda, sale derrotada ante China. ¿Por qué? En la mayoría de los países la política exterior la define el jefe de estado, y el ministerio de exteriores es solo un instrumento. En China la política exterior refleja la opinión colectiva de toda la élite del partido, que no cambia en décadas. Tienen un objetivo, hacer de China un gran país para ello tienen una estrategia exterior muy definida, a la cual dedican sus finanzas y recursos informativos. Independientemente de quién llegue al poder la estrategia se lleva a cabo. Nosotros no tenemos un enfoque similar. Imaginemos que el presidente actual se va. ¿Quién sabe cuál será la política exterior de Kazajstán? En Asia Central la política está muy personalizada y refleja las simpatías y antipatías de los dirigentes. China está dispuesta a aliarse incluso con el diablo, no le interesa una escala de valores amorfa que es interesante para los europeos y americanos. Los intereses de China son el principal valor moral. Suelo preguntar a menudo a la gente de nuestro MAE: si llega el momento en que a Kazajstán se le presenta la necesidad de elección: ¿con quién estamos, con Rusia o con China? ¿Teneis un escenario hipotético para la hora H? ¡No! De momento podemos mantener el equilibrio. Pero la política multivectorial de Kazajstán es una política para el día de hoy, y no para el futuro. Nadie sabe cuál será el mundo tras la crisis, cuando China sea un gigante. Hay una cosa clara: todas las conversaciones sobre “colaboración estratégica” son un blue. No puede haber colaboración entre el débil y el fuerte”.

“La política multivectorial es propia de los países débiles,- Dice el politólogo Andrei Jan. – Es una política de reacción a las situaciones, o para decirlo más sencillo, una defensa del perímetro. La maldición de Kazajstán son sus recursos, condicionada por los intereses de los jugadores que rodean esos recursos. Todos estos jugadores están interesados en que en Kazajstán se de algún desarrollo innovador. A la propia China no le conviene nuestra democracia, que puede provocar el caos, no le conviene nuestra tecnología. Debemos ser conservados como fuente de materias primas, y los intentos de salirse de ese papel no tienen éxito. Si comenzamos a producir algo ¿no podremos comprarlo aquí? Hace falta un gran mercado, pero China no permite el paso a nadie. Soporta la crisis mejor que nadie gracias a la tremenda inercia del mercado interno, que puede digerirlo todo. Además ha acumulado una gran cantidad de recursos y ahora puede dar dinero a los kazajos y a los uzbecos. Pero China no tiene grandes proyectos para el formato ShOS: quiere hablar de uno en uno. No necesita la integración de los intereses comunes, su política es el “Divide y vencerás”, propia de todos los grandes jugadores. El propio concepto de “superpotencia” ya es una anomalía, es algo por encima de la norma”.

¿HAY ALGUNA AMENAZA MILITAR CONTRA KAZAJSTÁN?

“La pregunta no es si los chinos vendrán a Kazajstán, - dice el experto de seguridad de la Fundación de la diplomacia popular, Alexandr Penkov. – La cuestión está en los plazos: Cuándo vendrán, y ese día no está lejos. No hablo de la expansión económica, hablo de una amenaza militar directa”. – “Hace unos años corrían rumores de que China y Rusia podían llegar a un acuerdo para repartirse Kazajstán. ¿Cree en tal opción?” – “Todo es posible, pero, ¿qué ganarían los rusos permitiendo a China acercarse al Caspio y sus recursos? China sería más poderosa, y su frontera con Rusia mayor. No te puedes librar de tus vecinos”.

Es un gran error pensar que Rusia y Kazajstán podrán librarse de China con sus recursos, - dice en sinólogo Murat Auezov. – No crean a los expertos pagados por China que dicen: China no necesita nuevos territorios, le basta con los que tiene. Sí, China tiene un territorio inmenso, pero es poco apto para la vida. En general son montes infértiles. Los chinos viven en los valles de los ríos. No es la extensión suficiente para su enorme población. ¿Hacia dónde ir? Por un lado tienen el océano Pacífico, por otro el sureste asiático con países muy poblados. El suroeste está el Tibet, y ahí hay algo sorprendente: cada tres años los chinos tienen que cambiar a sus militares y funcionarios. Los chinos no se pueden acostumbrar a la altura y literalmente se vuelven locos. Hace tiempo que habrían llenado el Tibet, si pudieran adaptarse. Es decir, el sureste no sirve. Al norte está Rusia, que por muy débil que sea es una potencia nuclear. Allí van entrando poco a poco, en Birobidzhan ya hay incluso una fábrica de palillos, porque hay demanda suficiente para ellos. Pero allí esta la taiga, y lo más importante, hasta los recursos de Liberia occidental está aún lejos. Queda Kazajstán, con sus enormes e infértiles estepas y su abundancia de petróleo, gas y uranio, salida al Caspio y al gas de Turkmenistán. Es posible una unión directa con Irán. Si tomas casi sin lucha Kazajstán, los chinos lo obtienen todo. No hay duda de que ese será el primer golpe. La actual región de Shinjian solo es una base de partida para posteriores avances en nuestra dirección. Es fácil organizar una provocación en los oleoductos y enviar el ejército para defender sus intereses vitales.

A mis amigos chinos, cuando los llevo por Kazajstán, se les encienden los ojos por la abundancia de tierras sin cultivar. Aquí puede haber campos cultivados, y estos kazajos sólo hacen pastar a los rebaños, esa es la diferencia de pensamiento entre los poseedores de tierras y los nómadas.. En el siglo VIII China se movió con éxito en nuestra dirección. Cuando funcionaba la ruta de la seda había una lucha por su control. Los ejércitos chinos tomaron Tashkent y unas cuantas de nuestras ciudades. Y en el año 751 hubo una gran batalla entre los ejércitos chinos y árabes, con la participación de pueblos turcos. Los chinos sufrieron una derrota. Desde entonces no se ha vuelto a intentar la expansión, aunque en los libros de la escuela a los niños chinos se les enseña que el lago Baljash es la región occidental de China. Tienen un terror genético, pero también una ofensa por la derrota y sed de venganza. Todos vivimos con miedos genéticos. Cuando usted cruza el río Jorgos, le sorprende un hecho extraño: a un lado está lleno de pájaros, al otro, el chino, no hay ni uno. Durante la revolución cultural los chinos exterminaros los gorriones y acabaron con muchas otras especies de pájaros. Todavía hoy los pájaros tienen una memoria genética: en un lado del río no se debe volar, te matan. También los kazajos conservan ese miedo, y en parte los chinos”.

Siempre me imagino un cuadro terrible de desórdenes en la provincia de Shinjián y un gran enorme número de personas, millones de refugiados incontrolables que llegan a Kazajstán, y nosotros no podemos hacer nada, - dice el periodista y fundador del club de discusión AIT-Park, Nurlan Erimbetov. – La comunidad internacional dirá: cread campamentos de refugiados. Y nadie me podrá probar que una situación así es imposible. No creo en los sinólogos que nos quieren tranquilizar y aseguran que nuestros miedos en relación a China están infundados. Esta gente son las manos de Pekín. Ya hay 300.000 chinos que viven en Kazajstán. Se han dado cuenta de nuestra gran debilidad, han aprendido a dar sobornos. Los Kazajos ya abastecen a los chinos: cultivan hortalizas, lo hacen al gusto alimentario chino. Intentan trabajar para ellos. Los chinos compran el árbol genealógico de nuestra élite, para saben quién está con quién, conocen a todos los jefes de nuestro ejército por su nombre y saben qué sueldo tienen. Nuestros niños estudiarán chino, porque sabemos que acabaremos sometidos a China. Hay un dicho: “si quieres irte del país, aprende inglés. Si quieres quedarte, aprende chino”. De nuestros antepasados nos ha quedado un dicho: “Te abrazarás y hermanarás con tu hermano blanco (con el ruso) cuando venga el ruso negro, el chino”.

China nos chantajea con su gran masa humana, -dice el periodista Andrei Scherbakov. - ¿Recuerda los acontecimientos de la plaza de Tiananmen? Cuando occidente se indignó por el olvido de los derechos humanos, Den Tsiao Pin les dijo claramente: “tengo 40 millones de personas sentadas sobre su maleta, quieren derechos humanos. Personalmente los enviaré, a nuestra cuenta, sin escatimar aviones ni trenes. ¿Los quieren? Y todos se callaron. Así que, ¿qué puedes esperar de nosotros, pobres kazajos?

LA TÉCNICA DE LA INFILTRACIÓN O EL INTERÉS FUNDAMENTAL CHINO

Para comprender el peligro de China para la humanidad hay que conocer el interés fundamental chino, en relación al cual la ideología comunista es algo secundario, -dice el sinólogo Murat Auezov. –China es un país sorprendente, que durante miles de años ha mantenido guerras, generalmente fracasadas, pero que ha vencido a sus contrincantes con la técnica de la asimilación y la adaptación de los emigrados. Cuando en el siglo XIX China perdió las guerras del opio, en el país nació una idea: somos un gran país, el centro del mundo, pero todas nuestras desgracias provienen de que China es dirigida por inmigrantes. Apareció la idea del liderazgo nacional. La revolución china de 1911 provocó un genocidio de los manchurianos y los exterminó por completo. Desde entonces China solo aspira a una cosa: ocupar un lugar digno en el mundo., matizado por el dramatismo interno de la situación: somos un gran pueblo pero no controlamos el mundo, todos nos maltratan. Durante siglos los portadores de los intereses fundamentales de China han sido sociedades secretas como la hermandad del loto blanco o los sabios del bosque de bambú. Y ahora el sistema de sociedades secretas atraviesa toda la sociedad de China, incluído el partido comunista. Es una fuerza que parece que no existe. Es como una sombra con una cualidad de pensamiento especial: no son temporalistas, tienen otra relación con el tiempo. Miden los sucesos en centenares de años y nunca se ponen nerviosos.

Precisamente esta casta ha dirigido durante siglos la técnica de propagación. ¿Sabe como se esparcen los chinos por el mundo? Es un proceso regulado. Los órganos del poder saben perfectamente qué chinos van a cada sitio. Su objetivo es definir las zonas e las que pueden ir los naturales de una región concreta de China para que en el futuro puedan hablar en el mismo idioma y organizar su sociedad. (La gente del norte y del sur de China se entiende con dificultad). La comunidad china es la base del espionaje étnico. Incluso en Almaty tienen su complejo en el que se reúnen, cantan canciones, hablas de que son un gran pueblo y reparten periódicos en chino. Los espías soviéticos me contaron hace muchos años las particularidades del espionaje chino. Envían una persona y los primeros signos de su trabajo para el imperio los da a los 20-30 años. Durante todo este tiempo vende cosas, aprende el idioma y se adapta completamente. Otro método de infiltración es la fundación de empresas chinas en el extranjero, en las que trabajan en exclusiva chinos. A los empresarios les viene bien la mano de obra barata. Pero los chinos solo comen su comida, es decir, hacen falta cocineros chinos y servicio de cocina chino. Solo confían en su medicina, y llegan al país médicos chinos. No te has dado cuenta y ya hay toda una ciudad china a tu alrededor. Un momento importante en la técnica de la infiltración es cuando los chinos aprenden a dar sobornos. No hay quien les gane. ¡No os imagináis cómo nos pueden emborrachar los chinos! (Por cierto, saben beber tan bien como los rusos). Cuando Kazajstán y China resolvieron la cuestión de la delimitación de fronteras repartieron sobornos sin límite. Los guardafronteras soviéticos en sus tiempos tenían puestos de observación en varias alturas, desde donde veían todo lo que sucedía en China. Tras el humillante acuerdo fronterizo todos estos puestos fronterizos soviéticos quedaron más abajo, con las alturas por encima. ¿Qué pasó? Los propios guardafronteras los trasladaron a cambio de dinero. En Rusia aún se conserva el gen imperial, entienden el valor de cada metro de tierra. Kazajstán aún no ha llegado a eso…”.

“Algunas cabezas calientes comparar el nacionalismo chino con el fascismo. ¿Es válida esta comparación?” – “No, no es fascismo, y le explicaré por qué, aunque no es nada especialmente bueno. Se trata de etnocentrismo con una fuerza tremenda. Los chinos son implacables en la consecución de sus objetivos, en el cumplimiento de la milenaria voluntad de sus antepasados. No hay prohibiciones morales., ni bíblicas ni coránicas. Viven con otro sistema de medidas. Tienen un cierto sentido de ser los elegidos, ya han comenzado el viaje para la decisión de todas las cuestiones. Ni siquiera nos echan en cara que nos hayamos alejado tanto de ellos. Somos malos estudiantes, somos traviesos, hay que apretarnos las clavijas a todos, y reducirnos a un común denominador. Un chino típico considera que hará feliz a un aigur o kazajo si les comunica que son iguales a él. Los chinos no quieren convertirnos en otra cosa; ellos, a partir de “nosotros” harán un “ellos”. No seremos esclavos, ni un pueblo nativo humillado, seremos chinos. ¿Recuerdan que existía un concepto, el pueblo soviético? Habrá un concepto, el pueblo chino, y todos serán felices.

P.S. Hace un par de años entrevisté a un joven chino con buena educación, un digno representante de la juventud china. A mi pregunta de si la humanidad debe temer a China, el joven respondió acalorado: “¡qué dice! Durante los próximos dos años en absoluto no hay nada que temer. Estamos ocupados en cuestiones internas”. “¿Y cuando las resuelvan?” – pregunté. “Después, pronunció con seriedad el joven, el proceso histórico natural”.

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