31 mayo 2009

Gas

Comentario sobre el gas, Ucrania, Rusia y la Unión Europea publicado en Regnum.ru

En cuanto Rusia se libre de la dependencia de tránsito de Ucrania quedará garantizada la seguridad en el suministro de los recursos energéticos.

La UE rechaza tomar parte en el pago de la deuda ucraniana por el gas ruso. Es algo que han dicho infinidad de altos funcionarios europeos. Concretamente, el representante checo para asuntos de seguridad energética Vaclav Bratushka dijo que esa cuestión es un problema exclusivo de Rusia, que deberá resolver por sí misma. Por su parte, el representante de la Comisión Europea para cuestiones de seguridad, Jean Antoine Bunois comunicó que tode dependerá de si Kiev puede garantizar las condiciones para que la red de transporte de gas ucraniana responda a las exigencias europeas de “transparencia”. La situación fue comentada el 27 de mayo en una entrevista a Regnum Novosti por el miembro del Instituto de Economía Mundial y Relaciones Internacionales de la Academia de Ciencias de Rusia Alexandr Krylov.

No hay nada sorprendente en ello, pues la Unión Europea responde a sus propios intereses. No solo en sus relaciones con Rusia, sino también con Ucrania, a la que, al parecer, que quieren más en Bruselas. El último acuerdo energético entre la UE y Ucrania relativo al sistema de transporte de gas en Ucrania prevé puntos que menoscaban claramente los intereses de Kiev. Ucrania deberá recibir créditos para la modernización de su red, pero después deberá parar estos créditos a cuenta de los derechos de tránsito pagados por Rusia. Ahora estos pagos van al presupuesto ucraniano, y pagan gastos en la esfera social y en otros campoms. A partir de ahora se los llevará la UE, dejando a Ucrania en una posición complicada.

Es una manifestación clara del egoísmo europeo, y tenemos que aprender de ello, porque en nuestras relaciones internacionales desde los tiempos de la Unión Soviética ha predominado no el pragmatismo sino las reminiscencias de la “Amistad de los Pueblos”. Por eso el precio del gas para Ucrania se ha establecido durante 15 años a unos precios aceptables para Kiev y que no respondían a los estándares del mercado.

Ahora Ucrania no va a poder pagar los precios de mercado por el gas. Esto supondrá el colapso y la ruina de la economía ucraniana. Por eso dice que no va a pagar. La Unión Europea, por su parte, dice que no va a dar dinero a Ucrania, y con ello Rusia queda en una situación interesante. Cuanto antes se libre Rusia de la dependencia del tránsito por Ucrania, más fácil le va a resultar garantizar los suministros energéticos de Rusia a Europa.

En lo referente al comunicado de Rusia de que si la UE junto con Rusia no pagan la deuda ucraniana, el próximo otoño ser repetirá la situación de enero de 2009, es muy probable. Rusia no quiere quedarse arrinconada porque durante muchos años ha entregado gas a Ucrania a crédito y ha aceptado que Ucrania robara parte del gas destinado a Europa que pasaba por su territorio. Después esto se fijó en forma de acuerdos y como consecuencia esta deuda se reeestructuró y en su mayor parte se perdió. Es decir que resultó que Ucrania recibió gratis gran parte de su gas, con el que sobrevivió. ¿Pero cuánto tiempo se puede seguir así? Ucrania es un estado independiente desde hace casi 20 años. ¿Por qué no se llevó a la práctica la idea del consorcio ruso-ucraniano-alemán? Se firmó el acuerdo sobre ello hace ya muchos años, pero habría quitado a Ucrania la posibilidad de seguir robando gas y de utilizar la dependencia de tránsito de Rusia para poder fijar los precios de gas para ella misma Por eso Rusia está construyendo con urgencia los gasoductos “Severny” y “Yuzny” y en segundo lugar “Corriente azul”, como un intento de disminuir esa dependencia.

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