Publicado el 11 de septiembre de 2006 por Elena Dudko en Ura-inform
La semana pasada se cumplieron dos años desde el envenenamiento de Victor Yuschenko. Hoy día se considera poco ético preguntar al presidente de Ucrania sobre su “cena secreta” de entonces. Al preguntarles por el cado, en el secretariado del presidente responden que “el presidente de Ucrania quiere saber quiénes son los culpables”. La secretaria de prensa del presidente, Irina Gueraschenko confirma constantemente que “el presidente está interesado en el rápido esclarecimiento del caso de su envenenamiento”. Pero entonces, ¿por qué todo el tiempo ha intentado echar tierra sobre él?
Al principio, nada más llegar al poder decía a los cuatro vientos que pronto se sabría quiénes fueron los asesinos de Gongadze. A los tres meses la investigación se silenció. Cuando en las ruedas de prensa los periodistas preguntaban al presidente porqué no solucionaba estos sonoros casos, siempre evadía la respuesta. Todo esto lo lleva la fiscalía, no yo. Yo solo llamo a ser honrado, a encontrar a los culpables, etc. Sobre la cena lo conté ya todo en 2004. Pero sobre este tema se le puede decir de manera constructiva al presidente: usted no contó todo, Victor Andreevich. O al menos nosotros no lo entendimos.
Cómo fue
Recordemos brevemente la prehistoria. En el momento más intenso de la campaña en su recorrido por todo el país, el entonces candidato a presidente de repente, a comienzos de septiembre desapareció unas cuantas semanas de la arena pública. Los partidarios del candidato opositor estaban perplejos: ¿qué ha sucedido?, ¿cómo puede dejar la campaña electoral en un momento así?”. También estaban perplejos los periodistas. Se veían confundidos incluso los partidarios de su oponente Yanukovich.
Después Victor Yuschenko mostró al pueblo su nuevo rostro. El 21 de septiembre al salir a la tribuna del parlamento, dijo que le”había envenenado alguien del gobierno”. Dijo que quería saber concretamente quién había sido. Y por eso prometió que en cuanto fuera presidente iba a investigar el asesinato del periodista Gongadze y del jefe del banco nacional de Ucrania Hetman, junto con su envenenamiento.
Yuschenko contó a los periodistas que le habían envenenado durante una cena con el jefe de los servicios secretos Igor Smeshko y su segundo Vladimir Satsyuk. También salió a la maidán Timoshenko y dijo: “sabemos quién está tras el envenenamiento, e inmediatamente tras la victoria en las elecciones, cuando haya un fiscal honrado, un ministro de interior honrado, un jefe de los servicios secretos honrado, la investigación se concluirá en unos meses”.
Después en una entrevista en el semanario “Espejo semanal” la esposa de Victor Yuschenko Katerina dijo: “la noche del 6 de septiembre Victor volvió tarde a casa. Le besé y sentí en los labios un sabor a medicamento. Le pregunté si había tomado algo. A esto Victor reconoció que había estado en una reunión a la que no tenía muchas ganas de ir. Unos días después su estado empeoró y los médicos ucranianos dijeron que se sufría una intoxicación doméstica. Sus amigos insistieron en que se le viese en una clínica europea. Los médicos austriacos establecieron que el diagnóstico y el tratamiento en Ucrania habían sido incorrectos. Dijeron que si hubiera tardado unos días más y de le hubieran hospitalizado, el riesgo de muerte habría sido del 80%.
Esta es toda la información del envenenamiento que han suministrado Yulia Timoshenko, Victor Yuschenko y su esposa a los dos años del envenenamiento. Esta historia, tras la victoria electoral y la llega de de jefes honrados para el ministerio del interior, servicios secretos y fiscalía ha quedado cubierta por el secreto de la investigación. Al igual que ha sucedido con los casos Gongadze, Hetman, Chornobil y muchos otros.
Después esta historia del envenenamiento ha empezado a cubrirse de mitos y comentarios de todos, cuando alguien ha podido acceder a Yuschenko y sus análisis de 2004. Aquel año en septiembre se formó una comisión de investigación parlamentaria sobre el atentado contra la vida del candidato a presidente Victor Yuschenko. Entre sus miembros estuvo el odioso ministro de sanidad de los tiempos del gobierno de Timoshenko, Nikolai Polischuk. Entonces era diputado-médico, y dijo más alto que los demás que habían envenenado a Yuschenko. ¿No fue por esto que recibió el cargo de jefe del ministerio de protección de la salud?
El diputado de la cuarta legislatura Stepan Gabrish dijo entonces: “el equipo de Victor Yuschenko lo presenta seriamente. A mi me parece que hay mucho de psicosis alrededor de este problema. Un problema que solo siente una persona: Victor Yuschenko. Y las manipulaciones sobre su salud como arma política son condenables”. El 7 de octubre de 2004 el jefe de la comisión parlamentaria sobre la investigación del envenenamiento, Vladimir Sivkovich dijo que “no hay motivos para decir que se ha producido un atentado contra la vida de Victor Yuschenko”.
A los tres meses la clínica austriaca Rudolfingerhaus publicó las conclusiones oficiales; en la sangre de Victor Yuschenko se habían encontrado dioxinas. “No tenemos dudas. La dioxina es una de las sustancias más tóxicas existentes. El envenenamiento de Yuschenko fue indudablemente planeado”, dijo a los periodistas el médico jefe Mijail Zimpfer.
¿Le envenenaron…?
Supongamos que Ciertamente envenenaron a Yuschenko. ¿Pudo suceder la noche del 5 al 6 de septiembre? A partir del 10 de octubre de 2004 toda la sociedad creyó a pies juntillas que había tenido lugar el extraño hecho de una “reunión del candidato Yuschenko con los jefes de los servicios secretos Igor Smeshko y Vladimir Satsyuk, tras la cual el candidato se sintió mal”. Pero el hecho de tal encuentro ya pone en guardia. ¿Para qué asistieron al encuentro Smeshko y Satsyuk? ¿Quién lo organizó y con qué objetivo? ¿De qué hablaron? ¿Por qué el encuentro se organizó en la dacha de Satsyuk en Osokorki? ¿Y qué hacía en este encuentro David Zhvaniya? A finales de 2004 las respuestas a estas preguntas no interesaban a nadie. Extraño, pero ni siquiera ahora nadie busca una respuesta.
Si le envenenaron en este encuentro, lo pudieron hacer Smeshko o Satyuk. O Zhvaniya… Nadie ha descartado definitivamente la versión de que quien envenenó a Yuschenko fue su “querido amigo”. Dicen que David Zhvaniya en aquel tiempo colaboraba intensamente con Boris Berezovski, que era por aquel entonces el contacto con el “inglés”. Hasta el mismo 9 de septiembre Zhvaniya no se separó prácticamente de Yuschenko, le acompañaba en todos sus viajes. Precisamente él era quien intentaba a menudo organizar encuentros. Y después del 9 de septiembre de repente se alejó de la campaña electoral y prácticamente dejó de interesarse por lo que sucedía.
¿Con qué objeto el entorno de Yuschenko podría haber dado tal paso? Digamos que para acercar la revolución naranja. Para que Yuschenko actuara de una manera más radical, creyendo que su vida estaba amenazada. Crear un gran escándalo con la actuación de un agente químico. Y enmascarar el “aditivo alimentario” como una operación ajena con las consecuentes revelaciones de quienes eran los ejecutores y casi revelación las circunstancias del envenenamiento. El programa del “envenenamiento controlado”, a juzgar por todo, lo conocían sólo unas pocas personas de su círculo. Y Zhvaniya sería aquel en quien delegaron como “invitado a la cena”. Precisamente él fue quien más tarde realizó las más fuertes acusaciones contra los servicios secretos rusos. En diciembre de 2004 Zhvaniya dijo: “hay un tal Kurochkin, es el representante en Kiev del llamado “Club ruso”. No se avergüenza de decir ante la gente que tiene gente, materiales del FSB que pueden ayudar a quitar de en medio a Yuschenko”.
En la tan recordada y publicitada cena trabajaron 9 personas, entre los cuales había 2 cocineros uzbecos invitados especialmente para preparar un plov (plato de arroz). Al igual que el plov, el resto de los platos fueron servidos a todos. El encuentro fue organizado por iniciativa de Davis Zhvaniya y se aplazó varias veces. Yuschenko llegó con 4-5 horas de retraso a la cena. Para entonces Yuschenko había cenado untar de veces: en Chernigov y por el camino a Kiev. Sólo el círculo más cercano de Yuschenko conocía el encuentro con Satsyuk. El propio Chervonenko, con humildad y obsequiosidad cumplió con la orden de abandonar su puesto y volver a casita. A la escolta le sirvió la cena la gente de Satyuk. La posibilidad técnica de realizar una operación en la dacha del jefe de los servicios secretos, por supuesto, existía. El veneno se pudo añadir en el plov uzbeco. ¿Quién distinguiría un granito entre el arroz?
Y por supuesto lo pudieron añadir Smeshko o Satsyuk. Si hubieran recibido la orden de arriba de matar a Yuschenko. Pero parece que unos experimentados oficiales de los servicios secretos habrían actuado con más profesionalidad. ¿Acaso habrían cometido el error fatal de no dar una dosis suficiente a Yuschenko? Quieren hacernos creer que los servicios secretos en la época de Kuchma eran así de incompetentes.¿Si hubiesen trabajado en estos servicios secretos y recibido el encargo de eliminar a Yuschenko, acado habrían elegido un veneno tan poco adecuado para cometer el asesinato? Lo más probable es que hubieran provocado un accidente aéreo o de coche. Habrían elegido una variante parecida a la que no llamó tanto la atención en la campaña electoral de 1999 con Vyacheslav Chornobil. No habría veneno en la sangre, y un accedente de avión con Yuschenko a bordo habría sido una triste casualidad. Reconozcámoslo, suena más convincente para la opinión pública.
¿… o no le envenenaron?
La oposición se había preparado a conciencia para la revolución naranja, formando su propio y poderoso “puño informativo” con millones de periódicos gratuitos. Inesperadamente para todos los participantes en las elecciones de 2004 hacia la mitad de la campaña había una inesperada igualdad, que sólo podría (y debería) romperse con un shock. Este shock fue el intento de asesinato de Victor Yuschenko.
Muchos politecnólogos y agentes de relaciones públicas acercaron el país a la revolución. Conocían a fondo la mentalidad del pueblo ucraniano y su posición de “eso no me atañe”. Yuschenko parecía demasiado joven. Demasiado para ser convincente. Y la población se dividió en dos, la que apoyaba a Yuschenko y la que apoyaba a Yanukovich.
Los soviéticos estaban acostumbrados a que el presidente tuviera más de 60 años. Yuschenko tenía justo 50, y por su aspecto no parecía andar sobre los 40. La juventud se asocia con la falta de experiencia. Para líder de la oposición no está mal, pero para “padrecito zar” no vale. Y entonces los relaciones públicas pudieron decir a Yuschenko: quiéres ser presidente, tienes que sacrificar algo. Aunque sea porque la población no se alteró demasiado cuando Yuschenko había dicho que habían intentado atropellarle con un camión. La población no reaccionó unánimemente. ¿Si quisieron atropellarle, por qué no lo hicieron? Si le amenazaron, ¿por qué no le mataron? Haga trabajar a la imaginación la dieferencia entre estas dos situaciones: frente a usted a un joven Yuschenko de la Maidán, con cara de jovencito, que le dice: “me ha intentado matar Yanukovich”, o un Yuschenko con arrugas, con aspecto de persona de edad con experiencia que asegura: “el poder ha intentado matarme”. Si las dioxinas envenenan todo el organismo, ¿por qué solo ha “envejecido” la cara? Las manos y el cuello no han resultado tocados. Algunos médicos aseguran que es simplemente una reacción del organismo, otros aseguran que algo así no puede suceder. Como si todo hubiese sido planeado como campaña de relaciones públicas.
Para la gente que no está relacionada con ninguna tecnología de campañas de imagen esta versión les parecerá demasiado fantástica. ¿Acaso podría Yuschenko, para obtener el sillón presidencial hacerse algo así? No podría volver atrás. Además Yuschenko no ha intentado hasta el momento “rejuvenecerse” u operarse la cara. Porque la gente a la que no le gusta su política dice que es “demasiado joven e inexperto”.
¿Al presidente no le interesa saber la verdad?
¿Qué porcentaje de verosimilitud tiene el envenenamiento de Yuschenko? El 50%. El otro 50% por que no le envenenaron. O sí o no, no hay otra respuesta.
Los fiscales generales en estos dos años siempre han dicho: “puede ser”. La fiscalía dirigida por Guenadi Vlasilievich abrió el caso por intento de asesinato de Victor Y. Yuschenko. Después el fiscal general Svyatoslav Piskun aseguró que estaba cerca de concluir la investigación. Pero le echaron, y en su puesto pusieron como fiscal a Kutsim, el principal investigador del caso Yuschenko. Ahora la fiscalía, dirigida por Medvenko hacer ver que investiga el caso Yuschenko con todas sus fuerzas. ¿Creen ustedes que Yuschenko no tiene ni idea de lo que le ha pasado en la cara? Hablando en serio, tenemos dudas sobre ello. Si alguien intenta asesinarle y desfigura su cara, ¿acaso usted, una vez llegado al poder, no intentaría en primer lugar descubrir al culpable, a cualquier precio?
¿Por qué quieren echar tierra sobre él? Al comentar esta pregunta para Ura-Inform, el jefe de la comisión parlamentaria sobre la investigación del envenenamiento de Yuschenko en la cuarta legislatura, Vladimir Sivkovich nos dijo:
- En ningún país del mundo ha habido nunca una investigación normal. Recuerde el caso del asesinato de Kennedy. Se me hace difícil ponerme en el papel de Pavel Glova y hacer pronósticos de cuando se descubrirá el caso del envenenamiento. No quiero manifestar presuposiciones de quién es el culpable y qué sucedió. Todas las personas que se encuentran cerca del presidente, en cualquier país se llaman el ·círculo del infierno”. Es posible que molesten a la investigación. O puede ser que sea muy complicado.
¿O puede ser que no se investigue precisamente porque no hubo envenenamiento? ¿O, porque, si lo hubo en él participó gente a la que Yuschenko no puede entregar? Tal vez los “buenos amigos”, Kuchama y otros que tienen demasiada información sobre el presidente y su círculo. En cualquier caso el punto final sobre este caso no se pondrá pronto. SI se llega a poner algún día.
En lugar de postdata
Entre la población y los medios de comunicación ucranianos la información sobre el que fue el “caso nº 1” no suscita ningún interés. “La popularidad de Yuschenko está cercana a cero, de la revolución no queda nada, - dice Vladimir Malinkovich, director del instituto de investigaciones políticas. – la gente ha perdido el interés en esta historia”.
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