05 mayo 2006

Más sobre Yulia Timoshenko


Artículo publicado por Mike Averko en Russiablog. Una acertada definición de Yulia.

Un amigo ucraniano-americano me definió recientemente la figura política de Yulia Timoshenko cono estalinista, porque el nombre de su partido “Bloque de Yulia Timoshenko) tiene un cierto aspecto de culto a la personalidad. Nunca me he avergonzado por la etiqueta “estalinista”. Aparte del coreano Kim Jong Il, es difícil encontrar hoy en día a alguien parecido al antiguo dictador soviético. E incluso Kim Jong Il está lejos del estándar del “tío Joe”:

La política es un negocio: las corporaciones a menudo llevan el nombre de sus fundadores. Por esa razón, a veces es sorprendente ver tan pocos partidos políticos en todo el mundo que lleven el nombre de su líder. Queramos o no, Timoshenko es una persona carismática.

El neoestalinismo (expresión de mi creación), como opuesto al estalinismo, es una designación mucho mejor para describir a algunos políticos contemporáneos en todo el mundo. En los negocios o en la política. Uso este término para describir a las entidades que son promovidas aduladores, con un “duce” supremo a la cabeza. En este ambiente, el líder supremo está marcado por su habilidad maquiavélica para crear relaciones, mientras se mueven con habilidad de un lado a otro. En el ambiente neoestalinista los disidentes no son golpeados ni detenidos. Más bien, son excluidos del proceso, Los oponentes sufren la muerte política en lugar de ser asesinados.

Yo compararía a Timoshenko con el últmo Slovodan Milosevic, porque , en una época u otra, ambos líderes utilizaron las posiciones comunistas, pragmáticas y nacionalistas para fines puramente oportunistas (el gobernador de Chicago Rob Blagojevic identificó erróneamente a Milosevic con Stalin). Mientras que otros políticos muestran una mayor sinceridad hacia una ideología, los Timoshenko y Milosevic se mueven en cualquier dirección que les garantice adquirir y mantener el poder.

En los últimos años Timoshenko ha sido descrita por algunos observadores políticos como nacionalista ucraniana. La región de Galitsia, en el oeste de Ucrania es un bastión del nacionalismo ucraniano que aboga por separar Ucrania de Rusia lo más posible. Incluso con mi desacuerdo con el nacionalismo ucraniano de Galitsia, reconozco que este punto de vista nace de gente que cree en ello. Es mantenido por celosos activistas en la región, combinados con el relativamente extendido y apasionado lobby en occidente. La imagen de Ucrania existente en los Estados Unidos está fuertemente imbuida por esta perspectiva, que está desproporcioalmente sobrevalorada sobre la postura prorrusa que también se encuentra en Ucrania.

El pequeño tamaño de Galitisia limita su influencia. A los nacionalistas de Galitsia no les gusta aceptar que los presidentes de Ucrania puedan salir de otras regiones. En 1994 apoyaron a Leonid Kravchuk porque era visto como menos prorruso que su contrincante. Cinco años más tarde votaron masivamente para reelegir a Kuchma contra un débil rival comunista. Durante la llamada “Revolución naranja” de 2004, recuerdo lo encaprichados que estaban en Galitsia con Timoshenko. Su nombramiento como primera ministra con Victor Yuschenko fue muy popular en Galitsia. Ahora hay gran aprensión hacia la presidencia de Yuschenko por toda Ucrania. El partido de Yuschenko ha terminado tercero en las recientes elecciones parlamentarias, con el partido de Timoshenko en segundo lugar tras el partido de las regiones de Victor Yanukovich.

La expulsión de Timoshenko del gobierno por parte de Yuschenko abrió la vía para que aquella construyera un camino político más independiente. Al igual que Yuschenko, Timoshenko proviene de Ucrania Oriental, donde sus maneras soviéticas eran más que aceptadas. Llegó el periodo de Gorbachov y estos dos se pasaron al campo de las reformas de mercado.

En estas recientes elecciones, las credenciales nacionalistas de Yuschenko le han dado la victoria sobre Timoshenko en Galitisa. En los 80, la esposa de Yuschenko, Catherine Chumachenko (estadounidense de nacimiento) dirigía el antirruso “Comité de las naciones cautivas”.

El “nacionalismo” de Timoshenko se ha probado insuficiente para la mentalidad de Galitsia. En su breve paso por el puestote primera ministra, Timoshenko se mostró partidaria de esperar para ingresar en la OTAN hasta convencer a Rusia de que lo aceptara. Esta no es una visión popular en Galitsia. En general esta región ve a Rusia como un enemigo natural de Occidente. Tampoco gusta en Galitsia sus repetidas alabanzas al presidente ruso Vladimir Putin por su lucha contra los oligarcas. Esto es irónico pues muchos ucranianos ven a Timoshenko como una oligarca.

Tras el colapso soviético el éxito de Timosheko en la dirección de empresas estatales le dio el apodo de “princesa del gas”. Su rápido enriquecimiento envuelve sin duda asuntos turbios, pero un gran número de ucranianos la admiran por su éxito en un sistema imperfecto. Otros la odian, como el símbolo de una política corrupta con pose de campeón de las reformas democráticas.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

No se quien puede admirar a una ladrona que no mueve un dedo si no es para llenar su saca, el caso es que a esa gran "representante de la democracia" (por no llamarla algo mas fuerte) habria que azotarla con su propia coleta y desterrarla a algun pais lejano a Ukrania porque ya mucho daño le ha hecho a mi querida patria.

Iñaki dijo...

A mi también me sorprende el éxito político de esta pájara que, desgraciadamente para Ucrania, parece que puede ser de nuevo primera ministra.

César dijo...

Será Primera Ministra si Dios no lo remedia. Esta mujer es un camaleón. Sobrevive en toda circunstancia -incluso ha aprendido Ucraniano!-. Es inteligente, guapa, seductora ... y oligarca [aunque se declara pobre, claro]. Y no descansará hasta destronar al mismo Yuschenko y convertirse en Presidenta de la República.