Victor Yuschenko es conocido por su “política de manos limpias”. Precisamente sobre la tesis de su honradez y moralidad se ha construido durante muchos años su imagen política, en el interior del país y en el extranjero. Con la ayuda de ese tipo de lemas y promesas consiguió llevar gente a la Maidán, y gracias a ello llegó al poder.
Sin embargo, la trayectoria política del actual presidente no es la de ningún santo. Su biografía incluye más de un episodio en el que el contenido de sus discursos públicos se contradice con sus actos. A la vez que hablaba de moral por la televisión, Yuschenko mentía, y robaba. Todos estos hechos son conocidos por mucha gente, pero se habla poco de ello en los medios de comunicación ucranianos.
La historia más conocida y evidente de este tipo es cuando en 1991 se transfirieron 2000 millones de rublos soviéticos ( equivalentes a 25 millones de dólares de entonces) del banco “Ucrania” a cuentas de grupos financieros estadounidenses. Este dinero desapareció sin pistas del tesoro público cuando Victor Andreevich Yuschenko dirigía el banco.
La historia de esta maquinación salió a la luz durante la campaña electoral a la presidencia en 2004. En parte había sido descrita en el libro de Alexei Lan “Yuschenko: historia de una enfermedad”. Sin embargo, los electores ucranianos, cegados por la fuerte propaganda transoceánica en apoyo del líder opositor no creyeron entonces al joven jurista y salieron a la plaza central de Kiev a hacer la revolución. Ahora que el humo de la ilusión del “mesías salvador de la patria” ha desaparecido, los hechos descritos en el libro empiezan de nuevo a sonar con fuerza.
Hace unos días se publicaron en internet documentos que probaban que el caso penal contra Yuschenko por la desaparición de los 25 millones de dólares se había cerrado ilegalmente. Los colocó en la página http://yuchenko2006.narod.ru/ el investigador judicial que se encargó de este asunto hace 11 años. “Esto no es una guerra de comprobantes, a mí mismo me gustaría lo mejor, simplemente me he cansado del contraste entre las manos limpias que muestra la televisión y la realidad. Yo también tuve esperanzas de honradez, pero la esperanza se ha terminado. Sé que me buscarán. Todo es tan sucio que ya me da igual”, escribe esta persona, bajo el pseudónimo de “Stringer”.
La aparición de estos documento permite volver de nuevo a la maquinación de Yuschenko en 1991, y arrojan nueva luz sobre como consiguió en los siguientes cuatro años hacer desaparecer las pruebas.
Así, el 18 de diciembre de 1991 se transfirieron 2.000.000.000 rublos soviéticos del banco “Ucrania” a Rusia, a la cuenta Nº 467998 de la empresa “D&V SovGroup” en el banco de la Federación Rusa, con la anotación “Ingreso en el programa de desarrollo económico de la Federación Rusa”. Como representante del banco “Ucrania” en el proceso actuó la empresa científico industrial “Batkivschina”. El representante de D&P SovGroup en Rusia eran el ciudadano estadounidense de origen ucraniano Alex Dokychyk. La transferencia del dinero fue bloqueada por el banco de Rusia, sin embargo el 20 de diciembre se recibió en el banco un telegrama enviado por Yuschenko en el que se ordenaba desbloquear el dinero y entregarselo sin condiciones a D&P SovGroup. El 30 de diciembre, de acuerdo con el contrato entre “Batkivschina” y la corporación Advance Capital Group, los 2000 millones de rublos se cambiaron a 25 millones de dólares y transferidos a la cuenta Nº 0690-32386 del Taylor Bank of Chikago, Illinois, que pertenecía a la corporación «Verury of Chicago Inc».
Posteriormente se pierde, seguramente para siempre, la pista de este dinero. Se dice que gracias a él Yuschenko financió su carrera política. Se habla incluso de que con este dinero se financió la revolución naranja. En cualquier caso si hay algo que está comprobado: ni un solo céntimo de este dinero se utilizó para el desarrollo económico de Ucrania ni de Rusia.
En 1995 se inició un expediente penal por la fuga desaparición del dinero público. Se estableció que en la transferencia del dinero se habían cometido infinidad de irregularidades legales, y que Yuschenko tomó parte activa en estas maquinaciones.
Pero para entonces el futuro presidente era un alto cargo muy influyente: jefe del banco nacional de Ucrania. Y el caso se cerró directamente. En el curso de un interrogatorio, cuyo expediente llevó Stringer, Yuschenko declara que él mismo fue víctima de una estafa, y que no fue él sino otros quienes robaron el dinero. Más tarde el asunto dio un giro curioso. Yuschenko rechaza continuar en la causa y ... acepta que se cierre por caducidad del expediente.
En primer lugar, el aceptar tal acuerdo es un reconocimiento, jurídicamente indirecto pero desde claro desde el punto de vista lógico, de su culpabilidad. Por otro lado, desde el momento del robo solo habían pasado 4 años y los robos de tal calibre por ley son perseguibles durante 10 años.
“El caso penal contra Yuschenko se cerró sin base (otros agentes judiciales son más duros). V.A. Yuschenko aceptó cerrar el caso con la fórmula no con la fórmula “No culpable, no hay delito” sino por “caducidad” (lo cual, por cierto, es una infracción a la legislación). La cantidad de 25 millones de dólares no se puede considerar pequeña, y creer que “nos engañaron a todos” es imposible. Es duro de creer que se pueda engañar tan fácilmente a los directores de bancos, intenten engañar a algún director de banco, aunque sea solo por cien dólares”, escribe Stringer.
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