12 julio 2005

Mijaíl Jodorkovski (III). Las actividades del banco Menatep

Durante las campañas electorales, las fuerzas políticas rusas son muy dependientes de sus apoyos financieros. Por su parte, los grandes bancos rusos, muy introducidos en la lucha política, por su propia iniciativa crearon coaliciones lobbísticas para la consecución de objetivos políticos y económicos concretos. Al unirse alrededor de un fin, los miembros del lobby no siempre son capaces de superar los intereses individuales o de grupo, dejar de lado la competencia y sacrificarse en nombre del objetivo común. Como resultado aparecen situaciones en que los antiguos socios se convierten en competencia, y se hacen públicos los problemas y contradicciones. Con ello se da un golpe mortal a los objetivos de la coalición. Por eso los iniciadores del conflicto suelen ser abandonados al ostracismo por el resto de los miembros de la coalición y por otras organizaciones e institutos que comparten las mismas metas.

Un ejemplo de lobby en la fundación de una coalición de bancos puede ser la unión alrededor de “Oneximbank” de grandes estructuras empresariales rusas. Elegido como objetivo el mantenimiento y fortalecimiento del statu quo en el país, estos bancos(que recibieron el nombre de “Consorcio”) depositaron su confianza en un aliado natural: el partido del poder de Victor Chernomyrdin. Esta elección condicionó que el partido, “Nuestra casa Rusia” tuviera los mismos objetivos. Por un lado, la alianza de intereses entre el consorcio y el primer ministro Chernomyrdin aceleró la formación de Nuestra casa Rusia.. Por otro lado la falta de regulación del mercado económico, que engendró un sistema de abierta financiación privada de la campaña electoral, permitió crear una coalición de intereses entre los bancos. Entre ellos el líder fue Oneximbank, que se ganó la reputación de banco particular del gobierno. Nada frenaba la influencia de los bancos (salvo tal vez cierto papel de contención de los ministerios de fuerza), que se caracterizaba por la falta de escrúpulos en los métodos para lograr sus objetivos,, por el uso de cualquier medio (en primer lugar la compra sistemática de los altos cargos del gobierno y de funcionarios de distinto rango). La financiación del “partido del poder” y el mantenimiento de la estructura estatal corrupta se compensaba grandemente con la”base tarifaria” del otorgamiento a los miembros del consorcio de un régimen más benévolo para realizar compras fuertes, recibir beneficios fiscales y preferencia en el proceso de privatización de los bienes estatales, Información privilegiada sobre futuras medidas del gobierno o del banco central en los sectores económico financiero y bancario, y con medidas especiales de descuento mediante los cuales se aseguraba la victoria de los bancos en los “concursos” de privatización.

Al repetir insistentemente el proceso de preferencia para las privatizaciones de las propiedades estatales, el gobierno legalizó una particular "licencia para la corrupción" para los altos funcionarios elegidos según el criterio de los bancos o de los vencedores en los concursos de privatización. Como ejemplo podemos presentar la concesión al banco Menatep del contrato “petróleo por azúcar” sin ningún tipo de oposición, La venta de fuertes paquetes de acciones de propiedades estatales a bajo precio en concursos de venta en que el comprador ya era conocido previamente. La víspera de las elecciones parlamentarias la resonancia de un escándalo estallado entre los miembros del consorcio provocó la indignación de los electores. Tres grandes bancos, de los más activos en la “tercera etapa” de privatizaciones (concesión de créditos al gobierno bajo fianza de activos estratégicos) provocó una discusión en el “anexo bancario” del partido “Nuestra casa Rusia” del primer ministro Chernomyrdin. Acusaron al Comité de Propiedades Estatales y al banco Menatep de tener un acuerdo previo para el concurso de privatización el 7 de diciembre de 1995 de un paquete de acciones de la importante compañía petrolera Yukos.

La cercanía de las elecciones y la indefinición de los resultados par Nuestra casa Rusia ampliaron el desacuerdo entre los miembros del lobby temporal dirigido por Oneximbank. La situación agravó el creciente desmadre en la distribución de las propiedades estatales. En estas condiciones se hicieron ligeramente visibles para la opinión pública rusa las casi siempre ocultas intrigas y la guerra entre bastidores. En su papel de acusadores contra Menatep y el Comité de Propiedades Estatales, Inkombank y Alfa-Bank espresaron sus serias dudas de que su competidor para comprar Yukos (o sea Menatep) tuviera derecho a la concesión de prioridad de compra. Por su parte Menatep, al mismo tiempo organizador del concurso y participante en él, informó previamente de sus pretensiones de ganar. Bastante antes de la subasta, uno de los directores de Menatep dijo que “no puede haber dos opiniones: Yukos será nuestra”. Hizo esto para presionar a los otros competidores y para que abandonaran el concurso.

Para tener tal seguridad en la victoria de Menatep, encargado por el gobierno de organizar el concurso, había bases sólidas. Utilizando sus relaciones con miembros del gobierno, el presidente de Menatep, Mijaíl Jodorkovski, prestó un apoyo decisivo a su colega de Onexisbank. Como resultado, Vladimir Potanin consiguió arrebatar a la competencia el el concurso de noviembre el 38% de las acciones de Norilski nikel. El banco Rossiski Kredit había ofrecido 335 millones de dólares pero fue rechazado por motivos puramente formales. En consecuencia Oneximbank se quedó con el paquete de acciones por 170,1 millones de dólares.


El presidente de la comisión de concursos privatizadores y al mismo tiempo presidente en funciones del Comité de Propiedades Estatales, Alfred Koch (gran amante de juzgar sobre los intereses prioritarios de los ingresos del presupuesto público) no se turbó en absoluto por una cantidad tan mísera, cuando el valor real fue calculado por expertos en 3000 millones de dólares. Otra cosa es que, habiendo decidido esta privatización no pudiera dejar de tener en cuenta a aquellos que eran el banco privado del gobierno, que habían entregado a Nuestra casa Rusia miles de millones para la compra emisiones de televisión de todo tipo destinadas al cultivo de las mentes de los electores. El hombre en funciones no podía menospreciar a “Onexim”, el protegido de Jodorkovski, el cual tenía buenos contactos en el FSB, en cuyos archivos hay algunas quejas sobre el trabajo de Koch en el Comité de Propiedades Estatales. Y Koch sabía que el jefe del servicio de seguridad de Menatep, M. Shestopalov, era un familiar del entonces subdirector del FSB. No está de más recordar que en Menatep también trabajaba la esposa de uno de los padres del proceso de privatizaciones, Oleg Soskovets.

Actuando según el proverbio ruso de “Una mano lava a otra mano”, Jodorkovski y Potanin prepararon la repetición de la exitosa jugada de Norilski Nikel, esta vez con Yukos. “Las condiciones de la privatización fueron dictadas por Jodorkovski”, - considera el presidente del consorcio “Alfa”, Mijaíl Fridman. Alfa-bank, Rossiski Kredit e Inkombank también pretendían estas acciones pero no pudieron ponerse de acuerdo sobre su reparto. Según su declaración, el inmoderado apetito de Menatep y Oneximbank fue la gota que colmó el vaso de la paciencia. La repartición de la “vajilla de plata de la familia” provocó un tremendo escándalo, mostrado en los medios de comunicación rusos. Al investigar sobre sus causas, tanto los periodistas como los altos cargos del gobierno no se atrevían a decir quién estaba detrás de los participantes directos del escándalo. (continuará)

No hay comentarios: