Moscú, 30 de diciembre. Tatiana Stanovaya, experta del Centro de Ingeniería Política, RIA Novosti. Ucrania está buscando una base sobre la que llegar a acuerdo con Rusia en el problema de gas.
El secretario del Consejo para la Seguridad Nacional y Defensa, Anatoly Kinaj, propone realizar el plan de crear un consorcio de gas solamente con respecto a la construcción de nuevas tuberías.
El primer ministro de Ucrania, Yuri Yejanurov, manifestó el 26 de diciembre que su país está dispuesto a desarrollar el Espacio Económico Único (EEU) con Rusia, Bielorrusia y Kazajstán. Rusia, a su vez, está muy interesada tanto en el consorcio en cuestión como en el EEU, pero las propuestas de Ucrania fueron desoídas. Las causas de ello son sencillas: a cambio de recibir un gas barato, Ucrania le propone a Rusia unos valores inexistentes. Pero precisamente la crisis de gas puede contribuir a plasmar en la vida estos proyectos, que todavía no han empezado a realizarse.
La existencia del Espacio Económico Único con participación de Ucrania depende directamente de la solución que se dé a la crisis de gas. Ucrania siempre ha sido la participante más caprichosa de este proyecto. Bajo el gobierno de Leonid Kuchma a duras penas se logró convencer a las autoridades ucranias de que les convenía ratificar los acuerdos concertados respecto al EEU. Se pudo mover el asunto del punto muerto sólo el año de las elecciones presidenciales, cuando el sucesor de Kuchma, Victor Yanukovich, sintió mucha necesidad de ser respaldado por Rusia. La Rada Suprema aprobaba los respectivos documentos en medio de ruidosos escándalos. Hasta los comunistas se manifestaron en contra. También después de ello Ucrania estuvo “guardando en el bolsillo” el argumento de que el proyecto en cuestión contradecía su Constitución. El EEU también irrita a Occidente. Por ejemplo, la subsecretaria de Estado de EEUU, Elizabeth Jones, después de haber ratificado la Rada Suprema el Convenio de Formación del EEU, manifestó que ello contradecía en determinada medida los planes de Ucrania de integrarse en Europa.
En este contexto se hace claro que son bastante dudosas las afirmaciones de que entre un Kuchma supuestamente prorruso y Moscú existían unas “relaciones especiales”. La ratificación de los convenios en cuestión era un acto coyuntural y una decisión política de Kiev. El obstáculo fundamental para la formación del EEU radicaba en la existencia de la oposición interna, con la que Kuchma tenía que buscar consenso respecto a la reforma constitucional.
El primer golpe contra el EEU se asestó inmediatamente después de ser elegido Victor Yuschenko presidente de Ucrania. A comienzos de febrero, el primer ministro adjunto Oleg Ribachuk, responsable de los asuntos de integración en Europa, se manifestó en contra de la adhesión de Ucrania al EEU, poniendo en tela de juicio la eficacia de la CEI y las perspectivas del consorcio de transportación de gas. Por una parte, ello podía valorarse como empeoramiento de relaciones ruso-ucranias. Pero, por la otra, convenía preguntar si éstas eran eficaces antes, cuando Kuchma hacía su juego, maniobrando entre la oposición interna, Occidente y Rusia. Es probable que precisamente con la llegada al poder en Ucrania de los “anaranjados” haya empezado una nueva etapa de relaciones ruso-ucranias, en la que éstas pueden hacerse más productivas.
Los dos países tenían que atravesar una crisis para llegar a ver qué realmente está dispuesta a proponerle a Rusia la parte ucrania en el marco de proyectos conjuntos. Actualmente, Ucrania está estudiando las perspectivas de reavivar el plan de instituir el consorcio de transporte de gas. Conviene hacer recordar que la empresa rusa GAZPROM propuso vender gas a la parte ucrania a precio privilegiado, compensando la diferencia entre éste y el de mercado con la participación de GAZPROM en el consorcio de dirección de todas las tuberías ucranias. En respuesta a ello, Anatoly Kinaj dijo que convenía instituir consorcio sólo para el manejo de las nuevas tuberías que se prevé tender en su marco. De momento se trata del tramo de 250 kilómetros Bogorodchany - Uzhgorod, en Ucrania Occidental, que conduce a Eslovaquia, y en lo venidero, de construir el gasoducto Alexandrov Gay (Kazajstán) – Novopskov (Ucrania, frontera con Rusia) – Uzhgorod (frontera con Eslovaquia) para el transporte de gas de Asia Central. Esa propuesta paliativa no le conviene a Rusia. Pero hace seis meses todavía Ucrania simplemente amenazaba con salir del consorcio. Y precisamente después de ello empezó la guerra de gas.
Además, Ucrania, por vez primera desde la llegada al poder de las fuerzas “naranja”, por boca de Yejanurov ha declarado su disposición a desarrollar enérgicamente el proyecto de Espacio Económico Único. También antes se hacían unas declaraciones, por ejemplo, siendo todavía primera ministra de Ucrania, Julia Timoshenko proponía desarrollar la versión ucrania del EEU, en la que se rechazaba la idea de instituir la unión aduanera, pero se apoyaba la de crear una zona franca. Tampoco ello le conviene a Rusia. Y ahora, en medio de la crisis de gas, Moscú tiene una probabilidad de insistir en la aprobación de su variante del EEU.
En una perspectiva, resultado de la crisis actual puede lograrse una optimación de relaciones entre Rusia y las nuevas autoridades ucranias. Ante GAZPROM y los políticos rusos se abre una posibilidad de revelar los aspectos viables de los proyectos conjuntos. Si el “instrumento de gas” se utiliza racionalmente, las dos partes podrán ir más allá de hacer declaraciones sobre la realización de los proyectos de EEU y consorcio de gas.
2 comentarios:
Aqui tambien se discute una buena vista a este asunto http://www.polit.ru/analytics/2006/01/04/kul4.html
Interesante enlace. Gracias.
Publicar un comentario