Hace un par de días, The Wall Street Journal, basándose en fuentes de los Estados Unidos y Europa, informó que el ministerio de justicia de los Estados Unidos había empezado una investigación sobre la actividad de la compañía Rosukrenergo, que abastece de gas ruso y de Asia Central a Ucrania, Eslovaquia, Hungría, Polonia y Estonia. Los estadounidenses se interesaban por la composición del accionariado de la compañía, que consideraban opaco.
Los investigadores del departamento de lucha con el crimen organizado del ministerio de justicia incluso se entrevistaron con los depositarios de la mitad ucraniana de las acciones, Raiffeisen Investment AG, y a juzgar por todo, intentaron aclarar quién es el propietario real de la mitad ucraniana de Rosukrenergo. Los austriacos se encontraron con los investigadores, pero guardan silencio sobre si informaron de los secretos de la compañía gasística. Esto hace que los periódicos sigan especulando sobre los verdaderos propietarios de Rosukrenergo.
Antes de empezar con el tema de a quién hacen los periodistas dueño de la compañía, alegrémonos por los juristas de Estados Unidos: ya han resuelto todos los problemas de su país (sólo les falta atrapar a Musawi) y por eso tienen tiempo y ganas de dedicarse a a asuntos ajenos. Por cierto, que lo consideran asunto suyo...”Los resultados de la investigación, por lo visto, no serán agradables para Moscú, - escribe el Wall Street Journal -, que intenta utilizar su actual presidencia del G8 para hacer propaganda de la seguridad energética y fortalecer los recelos de Europa Occidental con los intentos de Gazprom de comprar allí activos en el sector energético". La perspectiva de problemas desagradables, y además en la cumbre del G8, es lo suficientemente atractiva para intentar poner nerviosa a Moscú. Los estadounidenses no pueden dejar pasar una ocasión así.
Pero Moscú no pinta nada en esta historia, y el trabajo de los investigadores no era tan difícil. Izvestia, con su propia investigación, ha aclarado que el 50% de las acciones pertenecía a Gazprom (lo cual era público), y que tras la mitad ucraniana de la compañía no está el “ciudadano de muchos países Simon Moguilievich, buscado por la Interpol” ni siquiera Leonid Kuchma, como dicen los naranjas. Basta entrar en la página web de la compañía Rosukrenergo AG, registrada en el cantón suizo de Zug el 22 de julio de 2004. Ls accionistas de la compañía son Gazprombank y Raiffeisen Investment AG. La actividad declarada de la compañía es el comercio de materias primas en el sector energético.
No es difícil obtener una copia d ellos documentos, que por cierto no son secretos y ya se habían entregado a quien ha querido saber hasta qué punto es opaca la estructura de Rosukrenergo. En la auditoría de la acividad financiera de la compañía de 22 de junio de 2004, a 31 de diciembre de 2005 había dos propietarios: D. Firtash (con el 90% de las acciones) y I. Fursin (con el 10%). Precisamente estos dos conocidos ciudadanos ucranianos son los propietarios de la compañía. No hay pruebas para no creer en estos documentos de auditoría por parte de la compañía Pricewaterhouse Coopers.
Solo nos queda adivinar por qué no ha ocultado la verdad. Recordemos que ya en la maidán se oyeron voces que exigían conocer el accionariado de Rosukrenergo. Pero cuando Yuschenko y Timoshenko llegaron al poder, estas voces se apagaron, de lo que se puede deducir que a los naranjas no les molestaba la propiedad de las acciones por Firtash y Fursin. Como tampoco a los “azules”, que tampoco iniciaron ninguna investigación.
Cierto que ahora Yulia Timoshenko quiere anular el acuerdo del gas entre Rusia y Ucrania. Y a solicitado una nueva investigación. No está claro si le ayuda la investigación norteamericana. Hay otra cosa clara: Rosukrenergo ha cumplido todos sus compromisos frente a los compradores de gas en Europa. El gas ha sido vendido, ha transitado por el gsoducto y no tiene marcha atrás. Europa no tiene de qué preocuparse en ese sentido, y menos en la cumbre del G8, cuyo tema principal es la seguridad energética.
Esto sobre el tema principal La cuestiones sobre la transparencia, estructura y demás hay que dirigirselas al gobierno de Kiev. Es de suponer que allí saben todo lo que se supone que hay que saber acerca de los señores Firtash y Fursin, ya que han confiado en ellos para un asunto tan importante como “ comercio internacional de materias primas en el sector energético”.
Dmitri Firtash es propietario del equipo de baloncesto “Kiev”, y director de las compañías Eural tran gas en Turkmenistán, uzbekistán y Kazajstán. La compañía está registrada en Budapest, donde, por cierto, reside Firtash la mayor parte del tiempo. Es presidente de la compañía Highrock Holdings Ltd, que pertenece a Semion Moguilievich. Es propietario de facto de los canales de televisión ucranianos K1 y K2. Firtash tiene muy buenas relaciones con el anterior aydante del presidente Yuschenko y miembro del presidium del partido “Nuestra Ucrania” Alexandr Tretyakov, y del ex presidente de naftogaz Ukrainy Yuri Boiko. La prensa ucraniana informó de que Firtash intentó un acercamiento al presidente Yuschenko fletando el vuelo a Kiev para los parientes norteamericanos de Yuschenko a la toma de posesión de éste. El precio de este vuelo fue de 270000 dólares.
Iván Fursin es el dueño de Misto-bank, de Odessa, y es el propietario principal de los estudios de cine de Odessa. Fursin se hizo conocido cuando intentó hacerse con el control de la fábrica de calzado”Kiev”. Entonces apoyó a Fursin su amigo y miembro de la fracción parlamentaria del partido “Nuestra Ucrania” Nikolai Martynenko; en contra se manifestó el partido pro-presidencial “Porá”. Fursin también es amigo del líder de la fracción “Partido Polular” Igor Yeremeyev. Fursin ha sido candidato al parlamento por este último partido en el número 33 de la lista, pero el partido no alcanzó el 3% de los votos, necesario para entrar en el parlamento.
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