Cómo acumuló Misha su capital
Jodorkovski y sus socios, Nevzlin, Samusev y Dubov, legalizaron bajo el nombre del centro el banco Menatep, Los amigos invirtieron 2,7 millones de rublos y otra gente, que invirtió otros 2,3 millones en acciones de Menatep sin recibir nunca nada a cambio.
Según el ayudante del fiscal general, Vladimir Kolesnikov, a causa del impago de impuestos por parte de Jodorkovski, más de 18 millones de personas no pueden cobrar sus sueldos, y 49 millones no pueden recibir sus pensiones.
Antes del arresto de Jodorkovski se vació la caja de "Rosneft", pagando unos enormes dividendos a los accionistas. Como resultado salieron del país hacia paraísos fiscales grandes cantidades de divisas, según distintas valoraciones entre 7000 y 9000 millones de dólares.
Páginas desconocidas de la biografía del superoligarca
En diciembre de 1995, como resultado de una subasta y un concurso de inversiones Jodorkovski recibe el 78% de Yukos, la segunda compañía petrolífera de Rusia y la cuarta del mundo.
La compra de Yukos por Jodorkovski es uno de los hechos más sorprendentes en la historia de las privatizaciones en Rusia. Los dirigentes petroleros son una casta especial. No admiten entre ellos a los moscovitas, los miembros del Komsomol o los "nuevos rusos". Dirigen las compañías con mano de hierro y no comparten el poder ni con los banqueros ni con los criminales. A comienzo de los 90 fueron asesinados en Surguta una decena de jefes mafiosos. Cualquier moscovita que llegara a donde Vladimir Bogdanov, de Surgutneftegaz, con pretensiones volvería a Moscú sin necesidad de avión. A diferencia de Vagit Alekperov, dueño de Lukoil, o de Vladimir Bogdanov, llamado "el Puño", El jefe de de Lukoil Serguei Muravlenko, debía su autoridad a su padre, el fundador del sector petrolífero siberiano y del ministerio de la energía y combustible, que organizó la compañía como si fuera su finca privada.
El amable Jodorkovski se llevó Yukos delante de las narices de los burócratas. Cierto que en la subasta hubo algún pequeño punto desagradable: "Rossiski bank", "Alfa-bank" y "Nikonbank", que apoyaban a otros pretendientes al imperio de Muravlenko se enfadaron por la decisión del gobierno de hacer multimillonario a Jodorkovski. Casi se llegó a los tiros, pero finalmente todo se resolvió pacíficamente, con acusaciones mutuas en la prensa. Los bancos aseguraban que Menatep no tenía dinero, salvo el obtenido del estado, de manera que la venta de Yukos no era una operación de la que saliera beneficiado el tesoro público, sino la entrega de Yukos a manos privadas utilizando dinero público para el pago. Por cierto, el 78% de Yukos debía llevar al programa de inversiones 550 millones de dólares, lo que aún no ha sucedido.
En 1997 Jodorkovski se definió finalmente: quería ser propietario de empresas petrolíferas, más concretamente de un imperio petroquímico. Todo lo demás, titanio, cobre, madera, debería ser vendido. Vende Uralelektromed, Avisma, junto con infinidad de fábricas que ya no necesita. Invierte todo en la compra de una compañía petrolífera en el este, pero el dinero no le llega. Yukos obtiene créditos en el oeste con su propio petróleo como aval. Los astutos directivos de VNK no pueden hacer nada contra esta presión. VNK ni siquiera tiene una dirección unificada: junto a Leonid Filimonov (actual vicedirector de Yukos) dirigen la compañía Victor Kalyuzhnii (actual ministro de petróleo y energía) y Guram Avalishvilli (actualmente vicegobernador de la región de Tomsk). La vergonzosa época de las privatizaciones a crédito se terminó. El gobierno empezó a pedir a los oligarcas dinero de verdad. Por Yukos, que producía 34 millones de toneladas de petróleo Jodorkovski pagó 170 millones de dólares. Por VNK, con sus 11 millones de toneladas de petróleo cerca de mil millones de dólares. Cierto que el gobierno comprendió esto en el momento justo: cuando los oligarcas pudieron solicitar créditos en occidente y los "directores rojos" de las compañías a vender se ocupaban como antes en el robo a pequeña escala y no podían oponerse a la presión de Moscú. Así que el deseo de Yukos de pagar al gobierno una enorme cantidad de dinero fue bienvenida. Con un pero: los mil millones de dólares no eran dinero de Yukos sino de los bancos occidentales.
Jodorkovski tomó Yukos para comprar VNK. ¿Podía pagar la deuda? En 1997-98 los oligarcas vivían de tomar créditos baratos en occidente y colocarlos en rublos a un interés alto. A medida que compraban empresas exportadoras se hizo evidente la falsa base del capitalismo oligárquico ruso. Los banqueros oligarcas estaban interesados en un cambio bajo del rublo para obtener créditos sindicados en occidente, y los oligarcas industriales en una devaluación del rublo para multiplicar los beneficios de la exportación.
Tras el pánico de los mercados asiáticos en noviembre de 1997 fue evidente que la caída del rublo era una cuestión de tiempo. ¿Entendían esto los bancos occidentales? No, pues de saberlo no habrían concedido créditos a los oligarcas. ¿Lo entendían los oligarcas? Sí. He aquí la prueba: en 1997 Mijaíl Jodorkovski deja su puesto en Menatep y se coloca como jefe del grupo Rosprom. Esto se puede entender como el viejo deseo del químico Jodorkovski de dedicarse a su pasión la industria productiva. Sin embargo el deseo de cambiar de imagen apareció en todos los oligarcas: Vladimir Gusinskii dejó Most-Bank y se puso al frente del holding mediático "Media-most", Vladimir Potanin fundó "Interrros".
De la oruga salió una mariposa. Los oligarcas se desprendieron de los pasivos bancarios (es decir, el dinero de los inversores y del presupuesto del estado) y de los activos industriales (comprados con este dinero). El banco quedó en un lugar y sus compras en otro. De esta manera la muerte del banco no afectaría al holding industrial. En los 6 primeros meses de 1998 el Banco Central gasta 8000 millones de dólares en sostener el rublo. En la práctica este dinero se quita a las empresas y se entrega a los "bancos del sistema". En julio de 1998 los bancos occidentales rechazan definitivamente prolongar los créditos y exigen su devolución. Para pagar, los bancos rusos (sobre todo "SBS-Agro") venden bonos y obligaciones barato y el rendimiento del mercado de bonos y obligaciones aumenta.
Los oligarcas, presas del pánico corren por los pasillos de la casa blanca (sede del gobierno): "Haced algo para que no tengamos que pagar". La voz de Jodorkovski se hizo notar en este periodo. El 17 de agosto de 1998 Menatep perdió 80 millones de dólares en créditos sindicados.
Finalmente, según cuentan los testigos, los oligarcas se dirigieron a Kirienko (el primer ministro): "te compraremos acciones de NORSI (compañía petrolífera de Nizhni Novgorod, patria chica de Kirienko), nos esconderemos bajo tierra, haremos lo que quieras. Pero déjanos que no paguemos a Occidente". "Bien, - dice Kirienko, - declararé una moratoria en el pago de la deuda a occidente, pero dejaré de pagar el mercado de bonos y obligaciones".
Del material periodístico de Yulia Latynina:
En otoño un conocido mío que perdió de esta manera unas decenas de millones de dólares en Menatep fue a pedir explicaciones al banco. Mi amigo no era un pardillo, y su dinero tampoco era una minucia. Así que le recibió uno de los socios, no un cajero. "Entiendes, - de explicó con confianza a mi amigo, - el dinero, por supuesto, existe. Pero hace tiempo que lo enviaron a paraísos fiscales y los repartieron entre ellos. Yo, por supuesto, puedo hacer que te lo devuelvan, pero entonces iré contra el colectivo. Eso estaría mal, no sería honrado".
Es cierto que, en lo referente a los bancos, los oligarcas no tuvieron problemas. Mientras duró la moratoria en el pago de la deuda a occidente, los activos buenos se separaron de las deudas malas. Menatep desvió los clientes con posibilidades al "Gosbank" que le pertenecía, y a "Most-bank" y ONEKSIM", y las deudas las dejó en Menatep.
Yukos era otro asunto. No se pueden mandar los pozos petrolíferos a paraísos fiscales. Después de la crisis del 17 de agosto de 1998 apareció un gran número de cazadores de Yukos. En primer lugar los bancos occidentales que habían dado créditos a Yukos. En segundo lugar los gobernadores y antiguos directores que interpretaron la cadena de bancarrotas provocadas como el fin del sistema oligárquico y se arrojaron sobre Rosprom esperando obtener un trozo del león herido. En tercer lugar, sobre Yukos se lanzó el excéntrico millonario americano, Keneth Dart, algo extraño para el "nicho ecológico" ruso, escenificando lo que en América se llama "papagayo verde". Es decir, cuando un inversor compra un pequeño paquete de acciones y se opone a cualquier plan de la dirección, hasta que le compran su paquete de acciones a un precio tres veces superior. Mr Dart es un pájaro refinado para Rusia, como un cacatúa. Por ejemplo, el pobre Dart se compró un barco para navegar 180 días fuera de las aguas jurisdiccionales norteamericanas y no pagar impuestos. En Rusia estos asuntos se resuelven de manera más simple...
Hay que observar que estos tres tipos de caraduras, que habían probado con las compañías petrolíferas de Yugansk y Tomsk, fueron colocados en su sitio por Yukos. Pero no todos juntos sino según la categoría de cada cual. Los respetables bancos occidentales Daiwa, Westdeutschelandesbank, Standard Bank of London, que habían prestado a Yukos 236 millones de dólares recibieron honradamente el 30% de las acciones de Yukos. Cierto que en esta época las filiales extractoras de la compañía, "Samaraneftegaz", "Yuganskneftegaz" y "Tomskneft" ampliaron su capital social al triple. Como resultado, la participación de Yukos en estas compañías se rebajó al 17%. Es decir, Daiwa recibió la piel del plátano. Y el plátano en sí se quedó en paraísos fiscales. Por cierto, para no andar con el dinero para allá y para acá las firmas de los paraísos fiscales pagaron con las acciones ... con letras de cambio de las compañías filiales. Esta operación, un antídoto perfecto contra Daiwa, no sirvió de ayuda contra Kenneth Dart, que tenía el 10-12% de las acciones de las filiales. Por eso las propiedades de las extractoras filiales se pasaron al balance de nuevas sociedades anónimas. Por eso decíamos que Dart estaba fuera de su nicho ecológico: los buitres occidentales contra las águilas rusas es como una avioneta contra un caza Sukhoi-37
Cuando los nuestros se la pegan a los extranjeros siempre es agradable bien sea porque meten agua en la gasolina de las gasolineras americanas o capital social en la segunda compañía de Rusia. El problema es que la tercera categoría de accionistas: los "directores rojos", no se merecían en Yukos ni una emisión complementaria de acciones, sólo eran dignos de un tiro en la nuca. El cinco de marzo unos desconocidos dispararon contra el vehículo del director de la compañía "East Petroleum", Evgenii Rybkin. Murieron el chófer el guardaespaldas. Rybkin salió sano y salvo. Este sería uno de los muchos casos de asesinato cometidos en Moscú si no fuese por un pequeño detalle: el milagrosamente salvado Rybkin acusó del atentado a Yukos.
La prehistoria del asunto es la siguiente: en 1995 dos austriacos, Peter y Adenheim Bernhardt fundan la compañía "East petroleum". A principios del 95 Evguenii Rybkin se convierte en director de la empresa. Este antiguo dirigente de "Basyuganeft" (una filial de Tomskneft) se convierte en un poderoso inversor internacional en VNK, y firma un acuerdo con la rama rusa de la compañía "East petroleum", según la cual East petroleum rusa vende en occidente el petróleo de VNK y se reparten el dinero a medias entre VNK y East petroleum, que invertía en los yacimientos de VNK. Observemos que el petróleo se vendía a su precio normal. No hacía falta robar. Cuanto más petróleo vendía VNK, más dinero invertía la compañía austriaca en los yacimientos rusos. Cuando fue evidente que VNK iba a ser vendida a Yukos, la dirección de VNK quiso asegurarse y por si acaso firmó un acuerdo de que la citada actividad conjunta se prolongaría por otros 20 años. Y si algún malvado pensara en interrumpirla, "East petroleum" recibiría una indemnización de cerca de 100 millones de dólares por la imposibilidad de invertir dineros ajenos a su nombre. Pero como ha sucedido históricamente, Evgenii Rybkin recibió, en vez de 100 millones de dólares, una ráfaga de ametralladora. Yukos, por supuesto, dice que no tiene nada que ver en el asunto. En palabras de su representante, en el asunto East Petroleum no estaban solo los respetables señores Kalyuzhnii y Rybkin sino también bandidos que encargaron matar a Rybkin después de que Yukos pusiera fin al robo.
Y después de esto, veamos lo que nos cuenta la prensa del mundo libre, el corresponsal en Moscú del grupo Vocento Rafael M. Mañueco sobre Mijaíl Jodorkovski (5-6-2005, diario El Correo):
El origen de la campaña contra Yukos y su creador tiene que ver con las discrepancias surgidas entre Jodorkovski y el presidente, Vladímir Putin, sobre la democracia, la libertad de prensa y el papel del Estado en la economía. Según Piontkovski, durante una reunión en el Kremlin con los grandes magnates del petróleo y el gas, Putin les exigió que invirtieran su dinero en otros sectores de la economía rusa, a lo que el jefe de Yukos respondió: «De acuerdo, pero usted, por su parte, haga algo para acabar con la corrupción». Parece ser que aquellas palabras y la decisión de Jodorkovski de financiar a los partidos de la oposición al Kremlin lo pusieron en el punto de mira de Putin.
1 comentario:
Has estado muy generoso, Iñaki. Lo de Mañueco y otros plumíferos del mismo pelaje es un insulto a la inteligencia. Desafortunadamente, sus artículosllegan cada día a millares de personas bienintencionadas, que, además, pagan por dejarse desinformar.
El mundo al reves!
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