Gonzalo Aragonés, de La Vanguardia, escribe el 18 de abril de 2006 sobre los tópicos. Se lamenta de los existentes sobre Rusia, que no permiten a los periodistas españoles informar verazmente. Habla de una reunión con una agente de relaciones públicas:
Mafias, corrupción, prostitución y oligarcas y todos los demás tópicos asociados a Rusia no eran desconocidos para la pobre y sorprendida chica. Pero después de oír mi alegato comprendió por qué esos falsos tópicos se han convertido en típicos en la opinión pública de España. Cuando mi visita se ha ido me he quedado algo preocupado. Tal vez haya exagerado un poco. ¿O no?
La pregunta es obvia: ¿quién informa sobre la realidad de un país? ¿Los corresponsales de prensa en ese país no son los creadores de esos falsos tópicos? Junto a los falsos tópicos de los que habla hay otros, que ni los propios periodistas consideran tópicos: la oposición liberal, el demócrata Jodorkovski, el prorruso Yanukovich, la nostalgia del estalinismo... ¿Quién en España sabe qué es esto?
La función de un corresponsal debería ser que sus lectores conozcan el país, que tengan la mayor cantidad de datos y versiones para formarse una opinión, deberían intentar abrir a la visión de sus lectores una realidad que a éstos les es desconocida. En el caso de Rusia, la inmensa mayoría de la información en España, y en occidente es unidireccional, está previamente impregnada de una conclusión ideológica. Por ello también lo están las opiniones de los receptores de la información. La formación de su opinión no puede ser libre porque la información que reciben no es información sino opinión. Todo lo que nos llega a España ya presupone que en Rusia no existe la libertad, que Rusia apoya a todas las dictaduras, que los antirrusos son luchadores por su libertad. Que debajo de las situaciones que se describen así hay una realidad que no es unívoca es algo que se nos escamotea. Por eso, a quien conoce mínimamente el tema la prensa occidental le suena a propaganda en lugar de información.
Se dice en España que en Rusia no hay ninguna libertad de prensa. No seré yo quien niegue que hay serios problemas en ese campo. Pero hay algo que no se menciona jamás: cualquier ruso puede conocer la visión occidental sobre cualquier asunto. Por poner el ejemplo más evidente, el primer canal de la televisión pública rusa emite durante varias horas al día la señal de Euronews. Prácticamente ningún español puede conocer la visión rusa sobre casi nada, porque los informadores españoles solo dan su opinión (sin entrar a quién corresponde ese “su”), siempre sesgada hacia el mismo lado, sin permitir conocer otras visiones. Que por cierto, en muchos casos están firmemente basadas. Sin embargo en España se tiende a desdeñar la opinión de los rusos porque creemos estar en posesión de la verdad. Y vista la prensa de un lado y del otro, sinceramente, no veo motivos para tal optimismo.
3 comentarios:
Precisamente Aragonés, Mañueco, Pilar Bonet (patetica su entrevista a Yusenko) son los que nos "informan" sobre lo que sucede allí, así que me imagino que algo de responsabilidad tendrán en la formación de los tópicos, ahora no te informan que según el ultimo informe del FMI China, India y Rusia son los países que tiraran del carro del crecimiento mundial en el 2006, o que según un informe de la ONU Rusia es el sexto país del mundo en I+D (parece mentira si se están muriendo de hambre y lo poco que tienen lo roba la mafia) o que mas de diez grandes multinacionales del automóvil van a abrir plantas de producción allí, situándose en el 2005 como uno de los principales recepcionistas de inversiones a nivel mundial (por cierto el índice RSTI se revalorizo un 80% en el 2005 y en los tres primeros meses de 2006 un 30%) pero claro eso no es noticia para nuestros aguerridos reporteros.
La entrevista de Pilar Bonet a Yushenko es la próxima que tengo preparada. Sería interesante un análisis más a fondo de cada uno de los corresponsales españoles en Rusia para ver de qué pie cojea cada uno. En otro tiempo yo pensaba que Pilar Bonet era una buena corresponsal. Pero hace ya algún tiempo que me he desencantado. Ahora no es mas que la voz de su amo. Se limita a repetir, con no demasiado talento en ocasiones, la línea ideológica que le han marcado sus jefes, sin salirse ni un ápice. De los demás, por ser breve, me parece que Mañueco es un engreidillo tontito y Aragonés no se entera de nada de lo que pasa a su alrededor, es como si aún estuviera concentrado en su partida de ajedrez.
Como periodista, pero sobre todo como amante de Rusia, me dan una pena enorme los corresponsales de prensa. No llego a entender cómo viviendo allí, teniendo acceso a una experiencia en primera persona y a las fuentes de información de las que pueden disponer, escriben lo que escriben. Solo encuentro la explicación de que la ideología del periódico, manda. Y mucho.
El desaparecido Ricardo Ortega, aunque en televisión, le daba mil vueltas a cualquiera de ellos, simplemente porque se le notaba a kilómetros que él amaba ese país.
Imagino que tienen un problema muy gordo: la creencia de que su estatus de corresponsal extranjero les situa por encima de todo el mundo, un escalón por debajo de la diplomacia internacional. Y claro, eso de mezclarte con la gente, con el populacho, pues como que no.
Rusia, efectivamente, tira y mucho. En el primer trimestre de 2006 aumentó sus reservas económicas y de oro un 13%. Está en cabeza de reservas monetarias. Creo que nunca ha disfrutado de tal cantidad de reservas.
Rusia aún está en medio de una transición. Si tuvo que recuperarse del crack soviético, después lo tuvo que hacer de la expoliación que llevó a cabo Yeltsin.
Hay dificultades en Rusia, pero por Dios, no tantas como nos quieren hacer creer. Putas, mafia, alcohol. Esa es la imagen de Rusia en Occidente.
Gracias, corresponsales responsables. Que los rusos os paguen con la misma moneda.
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